En época estival es donde predominan las enfermedades digestivas como la gastroenteritis producto de infecciones virales, bacterianas o por toxinas de alimentos
La principal vía de contagio es por el contacto con personas, objetos, agua o alimentos contaminados con algún microorganismo como la Salmonella o Shiguella.
Es por eso por lo que debemos reconocer sus síntomas y consultar al presentarlos para evitar cuadros más complejos asociados a deshidratación. Las personas más vulnerables son los lactantes (menores de 2 años), las personas mayores y las embarazadas. Por lo general se pueden presentar síntomas como dolor abdominal intenso, diarrea, vómitos y fiebre. En algunos casos más graves, se pueden presentar diarreas sanguinolentas.
La causa de estas Gastroenteritis depende del origen de ellas y podemos encontrar: virus intestinales, que suelen ser muy contagiosos; bacterias, que en su mayoría son muy similares a las que se encuentran en la flora intestinal. Sin embargo, en algunos casos, como la salmonelosis, son infecciones originadas por bacterias que pueden provocar la inflamación del intestino y parásitos microscópicos, que pueden aparecer por no cocer bien carnes, pescados y mariscos o consumir agua de pozos. Son cuadros autolimitados, duran entre 3 a 5 días y se acompañan de diversa sintomatología, siendo lo más frecuente las deposiciones líquidas (diarrea), vómitos, malestar general, fatiga, inapetencia, dolor abdominal leve o moderado, fiebre, escalofríos y/o sudoración.
El manejo de estos cuadros se orienta a tratar los síntomas desagradables y evitar la deshidratación. Rara vez es necesario administrar antibióticos, se debe evitar la automedicación sobre todo con medicamentos para “cortar” la diarrea. Basta con un manejo de reposo, hidratación y dieta.
En el caso de los grupos más vulnerables se recomienda una visita médica tempranamente al igual que personas con diabetes, aquellas personas que toman medicamentos que disminuyen la capacidad inmunológica y aquellos que tienen enfermedades neoplásicas o alguna patología que se caracterice por tener sistemas inmunitarios debilitados.
Lo más apropiado sería consumir sales de rehidratación oral, que se venden sin receta en las farmacias, en sobres listos para disolver en agua hervida. Si no se dispone de ellas, basta con agua, aguas de hierbas o sopas. Se sebe tomar líquidos de a poquito, aún en caso de vómitos, hasta completar un mínimo de 2 litros diarios. Es recomendable evitar el consumo de productos lácteos, frutas, verduras, aliños, grasas e irritantes en general, hasta que se recupere un tránsito intestinal.
Otro cuidado importante es el manejo de los alimentos sobre todo en paseos, camping o actividades al aire libre. Acá se deben tomar precauciones con los alimentos que se consumen crudos como pasteles, cremas, helados, mariscos y mayonesas cuando no se conoce si se ha cuidado la cadena de frío en su conservación o traslado.
Frente a esto, una importante medida de prevención es la cocción, sobre todo de pescados, mariscos y carnes, la que se debe hacer al menos por diez minutos a 70° de temperatura.