A través de un proyecto impulsado por la Universidad Andrés Bello y financiado por el Gobierno Regional de O´Higgins se creó una atractiva ruta y se capacitó a experimentados artesanos para otorgar identidad local a sus creaciones
A 160 kilómetros de Santiago se ubica Navidad, una de las cuatro comunas costeras de la Región de O’Higgins, reconocida en nuestro país y en el extranjero por ser una zona que propicia el desarrollo de deportes náuticos como el windsurf y el surf. También destaca por su abundante flora y fauna endémica, el predominio de mesetas, lomajes suaves y extensas quebradas, características del secano de la zona central de Chile.
Pero a pesar de estas y otras llamativas cualidades de sus parajes, la comuna aún no cuenta con servicios y productos que la posicionen como un destino con identidad propia. Fue así como nació un proyecto liderado por un equipo de profesionales de la Escuela de Ecoturismo y del Campus Creativo de la Universidad Andrés Bello, que se centró en capacitar a personas con potenciales negocios ligados al turismo y a experimentados artesanos.
Financiado a través del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de O’Higgins, la iniciativa consolidó cinco productos turísticos. Uno de ellos es Animaleros, un espacio ubicado en el sector de La Polcura, que comenzó a tomar forma tras los incendios forestales que afectaron a gran parte de la zona centro-sur del país, durante el verano del 2017. El extenso lugar, iniciado como centro de rescate de animales, alberga a emús, ciervos, caballos, llamas, alpacas, cabras, conejos flandes, gallinas, pavos reales y un carnero australiano.
Su dueña, María Isabel Rivera, quien maneja el lugar junto a su esposo e hijos, cuenta que a mediados de año estará listo para ser disfrutado. “Realizaremos recorridos guiados para grupos, quienes conocerán de una forma interactiva la historia de cada animal y toda la dedicación que les entregamos a diario”, dice. Además, está en construcción una cafetería para ofrecer un servicio más completo a los visitantes.
Los dueños de este centro también crearon el Trekking Repü, enfocado en “personas más osadas y mayores de 14 años”, advierte María Isabel. La ruta considera bajar un sendero que durante años ha sido utilizado por los algueros de la zona para extraer el cochayuyo desde el mar. Cuando se llega a la playa, en el sector de Puertecillo, los turistas tienen la opción de realizar una vía ferrata- una de las pocas que hay en Chile- equipada con material para escalar a lo largo de 1 km o realizar una caminata hasta el sector Los Arcos, donde se emplaza una formación geológica de origen volcánica labrada por las condiciones climáticas.
En este mismo sector de Navidad se conformó el tour La Cascada de Jovino, a través del cual se pueden realizar cuatro opciones de trekking: uno corto, por un bosque nativo típico de la zona central. Para aquellos que tienen mejor estado físico se preparó un recorrido hasta una cascada, atravesando un bosque valdiviano, muy inusual en estas latitudes. También se puede descender o ascender por la cascada haciendo rappel y realizar el mismo tour pero en la noche para avistar especies de animales e insectos de hábitos nocturnos.
Con el objetivo de conectarse con el pasado y conocer la vida campestre chilena se consolidó el emprendimiento de un habitante del sector de Pupuya Sur: El Secreto de Nonato. Este lugar muestra los usos y atractivos del campo, el proceso de destilación de las uvas para hacer aguardiente y vino y el mecanismo de molienda a pequeña escala. Además, se pueden comprar plantas ornamentales y productos de la zona recién cosechados.
Y para aquellos que quieran alojar en la comuna, ya sea en cabañas o en camping, se consolidó el espacio denominado Los Cisnes, ubicado en el sector de La Boca, un lugar donde además se puede practicar deporte aventura como Stand Up Paddle, una variante del surf originario de Hawai, que permite remar de pie sobre una tabla. También se pueden realizar otras actividades como Kayak, travesías, paseos en lancha y avistamiento de aves.
Productos con valor agregado
Durante el hito de cierre de este proyecto, realizado en Matanzas, su directora ejecutiva Maisa Prieto, resaltó los cambios que se produjeron en los servicios que hoy puede ofrecer Navidad y la importancia que tuvo este trabajo que comenzó en 2015. “Nos centramos en que la gente no solo pudiera disfrutar de la playa y el mar, sino que existieran otras opciones. Hicimos que la comuna tuviera una propuesta más divertida y que se impulsara una rama económica más pareja, no solo conectada a establecimientos que están sobre la playa, sino que más al interior”, comenta Prieto, indicando que ya se está trabajando con tour operadores para otorgarle un mayor impulso a estos atractivos.
Junto con trabajar en el desarrollo de estos servicios también se entregó orientación a 27 artesanos de la zona con el fin de sofisticar sus productos y fijar precios, “acorde al tipo de público que llega ahora a Navidad”, explica Maisa Prieto.
Inspirados en el movimiento ondulante del cochayuyo en el agua, de las olas, las dunas, y el viento, nacieron tejidos de alta costura, bisutería de lujo, accesorios construidos con papel, productos tallados en madera y piedra, maseteros de ecocemento y estructuras decorativas de metal.
Una de las exponentes de este trabajo es María Angélica Reyes, quien elabora joyas “con discos compactos tinturados e incrustaciones de conchas y cochayuyo, representativos del mar y otros elementos inspirados en la tierra como las lentejas”, detalla la orfebre.
A los beneficiarios de este programa también se les entregaron las herramientas para diseñar una imagen corporativa, tarjetas de presentación, afiches y merchandiser.
Tanto los artesanos, como los dueños de los servicios turísticos ya están trabajando para conformar una cooperativa que les permita alcanzar una mayor organización y un cambio real en la forma de hacer turismo en la comuna.