
El alcalde Raimundo Agliati entregó obsequios a los jugadores y cuerpo técnico de la selección oceánica, que pese a sus derrotas en cancha, conquistó el corazón de los rancagüinos
La selección de Nueva Caledonia se transformó en la gran sorpresa del Mundial Sub-20, no por sus resultados, sino por la simpatía y humildad que mostraron en cada presentación. En sus dos partidos en Rancagua, donde cayeron ante Estados Unidos (9-1) y Sudáfrica (5-0), recibieron un aliento incondicional del público rancagüino, que los adoptó como la selección “regalona” de la ciudad.
Antes de su viaje a Talca para disputar su último encuentro, el alcalde Raimundo Agliati visitó personalmente al plantel en su hotel de concentración para entregarles un especial recuerdo en nombre de la ciudad. Cada jugador y miembro del cuerpo técnico recibió un gorro y una bufanda con el logo de Rancagua, mientras que la delegación se llevó una réplica de la escultura ecuestre de Bernardo O’Higgins.
El gesto, cargado de simbolismo y afecto, fue agradecido con sonrisas, abrazos y la misma alegría que el plantel ha transmitido durante el torneo. Con ello, Rancagua reafirmó el vínculo que la hinchada local supo construir con Nueva Caledonia: un equipo que, más allá de los resultados, se ganó un lugar en la memoria y el cariño de la ciudad.