La recomendación del CAVEI (Comité Asesor en Vacunas e Inmunizaciones de MINSAL) de incluir la vacuna contra el COVID-19 gratuita en el calendario obligatorio de inmunizaciones a partir de 2025 para las personas que conforman los grupos de riesgo
Tales como (adultos mayores, pacientes inmunodeprimidos y personas con enfermedades crónicas y nuestros equipos de atención en salud) es una estrategia preventiva basada en la evidencia científica y representa un avance significativo para la protección colectiva y la equidad en salud.
Esta medida busca otorgar beneficios a toda la población chilena al reducir la propagación del virus y proteger a los sectores más vulnerables, además de que al ser gratuita para estos grupos promueve un acceso equitativo a la atención sanitaria.
Según declaraciones del Ministerio de Salud (MINSAL), la inclusión obligatoria se está evaluando para garantizar la protección de los grupos más vulnerables y responder a una preocupación global: La caída en las tasas de cobertura de vacunación en diversos países impulsada por el cansancio pandémico y la desinformación.
Por lo anterior es que la implementación de esta medida implica desafíos relevantes que requieren un diálogo informado con la comunidad, considerando que la desconfianza hacia las vacunas, no se resuelve con imposiciones sino con educación. Por ello se debe acompañar esta medida con una campaña de comunicación de riesgos efectiva, que hable desde la ciencia, pero también desde la empatía, abordando las preocupaciones de la población. Estos elementos son clave para que la decisión NO sea percibida como arbitraria o punitiva, sino como un beneficio integral para todos los chilenos. Considerando que las estrategias de comunicación de riesgo demostraron ser insuficientes en años anteriores.
La pandemia de COVID-19 ha dejado lecciones profundas sobre la importancia de la vacunación masiva, la experiencia mundial en vacunación masiva contra el COVID-19 es un ejemplo exitoso de políticas públicas en salud, el esquema de vacunación inicial y sus refuerzos han sido fundamentales para reducir la mortalidad y las hospitalizaciones graves, permitiéndonos además el reencuentro social tras largos periodos de confinamiento. Sin embargo, el virus ha demostrado su capacidad de mutar y persistir, como lo evidencian las variantes emergentes y los brotes recurrentes, lo cual está en permanente vigilancia epidemiológica.
Debemos recordar las enfermedades que hemos logrado erradicar gracias a las vacunas al largo de la historia como la viruela, y los beneficios económicos que estas han generado. Las vacunas han reducido significativamente el número de muertes, los costos asociados a hospitalizaciones y tratamientos, y han permitido redirigir recursos hacia otras necesidades del sistema de salud, contribuyendo así al desarrollo económico del país.
La invitación a las autoridades y a todos los chilenos es reflexionar sobre el porqué de la recomendación de esta medida: La vacunación es la estrategia más efectiva para evitar las muertes de nuestros niños y adultos mayores, quienes son los más afectados por este virus.