A cargo de un grupo multiespecialista, se trata de un área pionera, cuyo enfoque integral se basa en la detección y distinción de patologías como son las demencias, las que afectan a cerca de un 40% de la población adulta mayor de O’Higgins
Representando un hito para la salud pública de toda la región, el nuevo dispositivo trans especialidad, de atención abierta, del Hospital Dr. Franco Ravera Zunino (HFRZ), acoge aquellos pacientes que han sido derivados de la atención Primaria de Salud (APS) o interconsulta, tras presentar sospechas de trastornos neurocognitivos.
“Llevamos poco más de un año como equipo, trabajando para establecer un diagnóstico diferencial integrado, respecto a la condición de las personas que llegan desde las APS con sospecha de trastornos neurocognitivos mayores y/o menores. La idea es, tras detectar a qué patología corresponden, brindar un abordaje integral tanto al afectado, como a su entorno”, señaló la neuróloga jefa de la Unidad de Memoria adulto del HFRZ, Dra. Anabel Perdomo.
Perdomo agregó que “somos un apoyo ya que, en ocasiones, la valoración que se hace en atención primaria sobre la demencia no es lo suficientemente concluyente, dada las comorbilidades u otros síntomas inusuales presentes. Por ejemplo, cuando hay presencia de epilepsia, debutan precozmente con síntomas, están descompensados psicológica o conductualmente, existen infecciones retrovirales o enfermedades psiquiátricas, variables que dificultan la diagnosis y hacen pensar que hay otras patologías no alzheimer que ameritan su derivación con nosotros para que podamos precisarlas”. Por otra parte, añadió que “nuestro interés principal es el alzheimer, que incide en un 40% de la tercera edad regional, pero también hacemos foco en las no alzheimer o trastornos mixtos, con componente neurodegenerativo y vascular, como las enfermedades con cuerpos de lewy, parkinson, las frontotemporales (lingüísticas o conductuales), entre otras”.
La Dra. María consuelo Burgos encargada de la unidad de neurología del Hospital y parte del equipo, sostuvo que “nacimos gracias al Plan GES 85, que incorporó al alzheimer y otros cuadros demenciales en octubre de 2019, para que la atención primaria pudiera abordarlas, siendo nosotros los convocados para atender aquellos de mayor complejidad, a nivel de especialidad. Eso implicó que el equipo se consolidara con dos neurólogas, un psicólogo, un psiquiatra, una trabajadora social, un fonoaudiólogo, un terapeuta ocupacional, una psiconeuróloga y una enfermera, con quienes hemos venido capacitándonos, estableciendo un protocolo de acción para diagnosticar y diferenciar, para que los estudios que se hacen en la atención primaria y llegan derivados, puedan seguir con nosotros. Lo que nos mueve en ese sentido, es que ralenticemos el proceso demencial, dar un tratamiento integral, desde lo farmacológico, con la estimulación cognitiva, al acompañamiento”.
¿Cómo actúa el equipo?
Carolina Olguín, Trabajadora Social del centro de salud, explicó que “en términos generales, nuestro protocolo parte desde el ingreso de la persona. Allí, nuestra neuróloga se encarga de confirmar o descartar la demencia, discriminándola de otras patologías que lo parecen, pero no lo son. Si confirma, viene el manejo clínico, se reúne el equipo multidisciplinario, que trabaja de manera integrada en el caso, evalúa el tipo de intervención terapéutica que tendrá, dando paso a un acompañamiento para su entorno, con visitas domiciliarias y pesquisa de necesidades, para definir si el problema es conductual o social, y entregar herramientas a familiares que apoyarán el tratamiento en casa”.
A lo anterior, el psiquiatra de la unidad, Dr. Juan Pablo Cornejo complementó que “observamos la coexistencia de dos enfermedades premórbidas, el comportamiento del paciente demente en pos del tratamiento, y es que hay mucha comorbilidad psiquiátrica, que parece ser trastorno cognitivo, pero no se asocia. En ello, es importante decir que, cuando la neuróloga descarta demencia, y deriva por sospecha psiquiátrica sin deterioro cognitivo, el paciente pasa a la Red de Salud Mental. En cambio, si procede como trastorno mayor, analizamos la psicofarmacología, cuál será el manejo familiar, además de su terapia psicológica”.
Rol preventivo
“Hay factores de riesgo que se pueden modificar para corregir el desarrollo de trastornos mayores. Si alfabetizamos, por ejemplo, a los adultos mayores, o controlamos la hipertensión, la dislipidemia, el tabaquismo, la depresión, mejoramos el perfil vascular del usuario, disminuiremos el riesgo de demencia. En ese entendido, nuestro deber es también, socializarlo con familiares y pacientes, a efectos de prevenir o atrasar la aparición de síntomas”, finalizó la Dra. Anabel Perdomo.