Columna de opinión de María Luisa Lozano, CEO y fundadora de EMMA Energy
Lo más curioso es que el término aún genera ciertas dudas y pocos logran ver el aporte que la digitalización trae a la forma de hacer negocios, de producir, de relacionarnos con los consumidores y también entre las personas. Cuando vemos el avance de la digitalización, la palabra “transformación” se siente demasiado grande respecto de los cambios en el entorno.
Y sí, todavía estamos lejos de esa transformación necesaria para cambiar el status quo y dar ese salto cuántico hacia un mejor entendimiento de las relaciones. La razón de esto es, en la mayoría de los casos, porque estamos asumiendo que transformación digital es lo mismo que pasar de un número escrito en una hoja de papel a uno escrito en una planilla excel o de un documento en papel a uno en pdf.
Para acercarnos a esta transformación, primero debemos entenderla. La digitalización hacia la cual debemos migrar no es nada más que ser capaz de recopilar, cotejar, analizar, compartir, operar y actuar sobre los datos. Sí, todo gira en torno a los preciados datos.
Entonces cuando miramos desde ese ángulo la digitalización, primero comprendemos que tiene un gran potencial y segundo, entendemos que no tiene nada que ver con ese número en esa celda de la hoja de cálculo. La digitalización tiene entonces el poder de actuar sobre distintas dimensiones de la empresa, puede hacerla más productiva, más precisa, con menos errores, con menos pérdidas, más segura y por qué no… más sustentable.
Claro, porque si miramos la sustentabilidad como ese conjunto de acciones que permiten mejorar los aspectos económicos, sociales y ambientales de una empresa o país, nos damos cuenta que para llegar a esas acciones necesitamos que ciertas cosas operen y, claramente antes fue necesario relacionar información, cotejarla y en primer lugar recopilarla.
Sin datos, las decisiones que tomamos solo se basan en las mejores intenciones, mientras que, las decisiones basadas en datos, son más certeras, accionables y lo más importante, comprobables.
La digitalización entonces nos abre una oportunidad que va más allá de tener datos analizados de manera aislada dentro de la empresa, sino que nos permite, con todos los resguardos y protecciones de identidad y confidencialidad, ampliar la base del conocimiento colectivo.
Así es como el compartir se vuelve trascendental para la transformación digital, porque al igual que la sustentabilidad, no se trata de hacer algo bien de manera aislada, sino de la posibilidad que todos tomemos buenas decisiones.