
El análisis técnico de la ESO confirma que el megaproyecto tendría un impacto grave en la investigación astronómica en Chile. Sin embargo, surge una luz de esperanza con la aprobación unánime en el Parlamento de la iniciativa presentada por SOCHIAS junto a la senadora Yasna Provoste, la cual propone establecer una radio de protección en torno a los sitios de calidad excepcional para la investigación astronómica
La Sociedad Chilena de Astronomía (SOCHIAS) manifiesta nuevamente su preocupación ante los resultados del análisis técnico que entregó el Observatorio Austral Europeo (ESO), que evalúa el impacto del Proyecto INNA en el Observatorio Paranal. El estudio confirma que este megaproyecto tendría consecuencias devastadoras e irreversibles para las instalaciones astronómicas ubicadas en la región de Antofagasta, afectando gravemente la investigación científica en Chile.
El informe advierte que el proyecto generaría un aumento significativo de la contaminación lumínica, con incrementos del 35% sobre el Very Large Telescope (VLT), 5% sobre el Extremely Large Telescope (ELT) y 55% sobre el sitio sur del Cherenkov Telescope Array (CTA), lo que afectaría la calidad del cielo nocturno. Además, se prevé un incremento en la turbulencia atmosférica que podría degradar las condiciones de observación hasta en un 40%.
Otro aspecto crítico es la generación de vibraciones sísmicas, capaces de comprometer el funcionamiento del ELT y del interferómetro del VLT (VLTI), instrumentos altamente sensibles al ruido sísmico. A esto se suma la acumulación de polvo durante la construcción, que podría depositarse sobre los espejos de los telescopios, reduciendo su capacidad de observación y afectando directamente el desempeño de estos equipos de vanguardia.
Andrea Mejías, primera vicepresidenta de SOCHIAS, enfatizó que «las condiciones serían tan adversas que muchas de las observaciones que se realizan hoy en Paranal dejarían de ser posibles. Este es el cielo más oscuro del mundo y su alteraciones comprometería el futuro de la astronomía en Chile».
En tanto, Chiara Mazzucchelli, presidenta de SOCHIAS, advirtió sobre los efectos que las microvibraciones generadas por el parque eólico del Proyecto INNA podrían causar en telescopios de alta precisión. «Equipos como los casi 800 espejos de 1.5m del ELT y el interferómetro del VLT, requieren un alineamiento perfecto para operar correctamente. Gracias a estas tecnologías hemos podido confirmar la presencia de un agujero negro supermasivo en el centro de nuestra galaxia, un hallazgo clave en la física moderna que fue reconocido con el Premio Nobel en 2020. Alteraciones en la estabilidad del suelo podrían poner en riesgo descubrimientos científicos de este nivel».
Un paso clave en el Senado
En la misma línea de proteger los cielos de Chile, Valeska Molina, Virginia Cuomo y Eduardo Unda-Sanzana de SOCHIAS, redactaron un proyecto de acuerdo que fue presentado por la senadora Yasna Provoste y patrocinado por más de 40 senadores, aprobado por unanimidad.
La iniciativa solicita al Presidente Gabriel Boric la revisión del Decreto de Áreas Astronómicas, del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación y del Ministerio del Medio Ambiente, con el objetivo de establecer una radio de protección en torno a los sitios de calidad excepcional para la investigación astronómica , impidiendo la instalación de proyectos industriales que afecten la calidad de los cielos.
Al respecto, Andrea Mejías indicó que “Es una excelente noticia, justamente nosotros estamos pidiendo que se reubique el proyecto INNA porque en el sitio en el que se propone su construcción, no es viable con el desarrollo astronómico del país. Necesitamos dar certeza al mundo respecto a nuestra firme decisión de proteger los cielos más oscuros del planeta”.
SOCHIAS reitera su llamado a la ciudadanía a participar en el proceso de evaluación ambiental del Proyecto INNA, cuya etapa de Participación Ciudadana permanecerá abierta hasta el 3 de abril de 2025. «Es fundamental que todas las instituciones y personas interesadas aporten sus observaciones y antecedentes técnicos. La defensa de nuestros cielos oscuros es una responsabilidad compartida», agregó Mazzucchelli.
La Sociedad Chilena de Astronomía seguirá informando sobre los avances de este proceso y agradece el respaldo de la comunidad científica y ciudadana en la protección de uno de los patrimonios astronómicos más valiosos del mundo.
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