La organización, que representa a cerca de 14 mil músicas y músicos chilenos, tomó distancia de las medidas anunciadas para el sector, ya que en la práctica no facilitarían el retorno de la actividad en Fase de Transición
Una mirada crítica respecto de las medidas contempladas en el nuevo Plan Paso a Paso para el retorno de las actividades culturales entregó este jueves la Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales (SCD), organización que a lo largo de los últimos 15 meses se ha alzado como una de las principales voces del sector y que ha expresado continuamente la urgencia de facilitar el trabajo de los artistas.
Tras el anuncio del gobierno, que incluyó entre sus novedades la facilitación de asistencia a eventos para las personas que ya cuenten con su pase de movilidad, el Presidente de SCD, Rodrigo Osorio, expresó que «los aforos establecidos para la Fase de Transición aún nos siguen pareciendo sumamente restrictivos y no permiten un desarrollo que haga viable nuestra actividad. El esquema completo de vacunación permitirá apenas 50 personas en espacios cerrados y 100 en abiertos, lo que hace muy difícil solventar los costos de un evento y establecer una planificación que considere la posibilidad de cambiar de fase 2 a 3, y viceversa».
El músico subrayó también los avances que en las últimas semanas se han visto en Europa y Estados Unidos, donde ya se está apostando por el retorno de los grandes aforos entre personas que cuenten con carné de vacunación. «Pensamos que este anuncio era la oportunidad para plegarse a un enfoque similar, lo que no sólo hubiera tenido lógica en un país que se aproxima al 80% de la población objetivo vacunada, sino que además hubiera constituido un inmejorable incentivo para que las personas continúen vacunándose», dijo.
De todos modos, valoró que exista una apertura hacia el retorno de las actividades culturales, y compartió su expectativa de que el avance en el proceso de vacunación permita continuar incrementando los aforos, única opción de poner fin a la aguda crisis que enfrentan el mundo de la música y el sector cultural en general, tras casi 16 meses sin poder desarrollar su trabajo en condiciones normales y sin recibir apoyos directos del Estado.