Cada 18 de junio, desde hace 16 años, se celebra el Día del Orgullo Autista, fecha que busca promover la idea de que las personas con autismo no padecen una enfermedad y pueden llevar una vida normal
El autismo es una condición de vida, definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), cómo un grupo de afecciones diversas relacionadas con el desarrollo del cerebro, es por tal razón que las capacidades y necesidades de las personas con autismo varían, y evolucionan con el tiempo, algunas pueden vivir de manera independiente toda su vida, y otras, por el contrario, necesitas un apoyo externo y constante atención.
Para identificar y obtener herramientas que faciliten y permitan al paciente, y su entorno, saber vivir con este trastorno, es fundamental la unión de expertos que brinden herramientas sobre el tema. Los tratamientos actuales para el trastorno del espectro autista buscan reducir los síntomas que interfieren en el funcionamiento diario y la calidad de vida.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo/a con TEA?
Los tutores son los encargados de contribuir en la capacidad de desempeño de los niños, niñas y adolescentes con TEA, es importante promover patrones de estructura en las actividades diarias básica e instrumentales. De acuerdo con Daniela Castro, Terapeuta Ocupacional de Grupo Cetep, “Realizar sus actividades en horarios fijos, favoreciendo así la sensación de eficacia e incorporación de hábitos en el cotidiano. Una rutina organizada y planificada genera que el ambiente facilite su desempeño además de trabajar la adaptación en conductas sociales y la independencia”.
En cuanto al desarrollo de habilidades sociales y emocionales, el favorecer las instancias por medio de juego reglado y social favorece su desarrollo. “Incorporar tiempo para saludo y despedida, promover el respeto de turno para jugar o hablar, imponer reglas en el juego y que sean respetadas, en cuanto a lo emocional, los refuerzos positivos deben mantenerse siempre ante momento de autorregulación o identificación de emociones” señaló Castro.
Es fundamental la incorporación de terapias ocupacionales, psicología, fonoaudiología, entre otros, para aportar al desarrollo de las habilidades sociales, emocionales y afectivas por medio de estrategias de intervención que puedan ser ejecutadas en el cotidiano. Esto favorecerá la independencia, autonomía y mejorará la calidad de vida de las personas autistas.
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud estima que 62 mil adolescentes fallecieron en el 2018 a causa de autolesiones, además señala que la mayoría de los problemas de Salud Mental inician a partir de los 14 años, pero la mayoría no se detecta ni se trata.
Adolescentes cómo grupo de riesgo
En Chile, de acuerdo a cifras entregadas por el Ministerio de la Salud en 2018, entre un 13% y un 23% de los adolescentes han reportado un episodio de autoagresión, y el 70% de estas conductas se relaciona con cortes en el cuerpo.
“Los adolescentes suelen ser bastante impulsivos, lo que los lleva a cometer acciones sin pensar las consecuencias. Además, se da el pensamiento dicotómico, en donde los jóvenes tienden a pensar en extremos, es todo o nada, lo que genera esta toma de decisiones drásticas. De igual manera, suelen tener emociones muy intensas que empiezan a aparecer de a poco y que son nuevas para ellos, por lo que no cuentan con un manejo adecuado o con total conocimiento de sí mismo para gestionar de manera saludable la emoción” aseguró la psicóloga.
Un dato preocupante para los especialistas son las zonas del cuerpo que ocupan los adolescentes cómo objeto de autolesiones,no solo antebrazos y muslos, sino también partes ocultas, cómo el abdomen y el tobillo.
¿Cómo prevenir estas conductas?
Estas conductas son prevenibles, no obstante, es importante reconocer que estas autolesiones hacen parte del espectro suicida, aunque su intención no sea la muerte, dado que atenta contra la integridad y pone en riesgo la vida de la persona. La comunicación abierta y validación de emoción ofrecen herramientas que permiten espacios de libre expresión de emociones, sin juicios. Permitirá una guía hacía la identificación, solución y gestión saludable de lo que ellos están sintiendo.
“Es fundamental que cuando estemos en presencia de una persona con autoagresiones derivar a un profesional de la Salud Mental (psicólogo o psiquiatra), y en caso de una lesión grave recurrir a un servicio de urgencias o algún servicio de enfermería.Es importante contener en momentos donde la persona se siente angustiada, mostrar interés y disposición para ver soluciones más saludables. En el marco social, jamás debemos juzgar o criticar a quién lo hace, si lo hacemos minimizamos e incluso nos burlamos y esto reforzará la conducta” afirmó la psicóloga.