Juan Valdivia Castro vivió emocionado su último día de trabajo en esta institución, al servicio de la pequeña agricultura familiar campesina
En 1976, con las ilusiones y las energías de sus 21 años, llegó hasta las oficinas centrales de INDAP ubicadas en ese entonces en la avenida Baquedano, en Rancagua, para comenzar su trabajo en esta institución, como contador de la Unidad de Finanzas de la Dirección Regional de O’Higgins.
Este lunes, tras 44 de años de servicios, don Jaime Valdivia Castro vivió emocionado y ya con algo de nostalgia su último día de trabajo en INDAP. Por su mente pasaron recuerdos de estas cuatro décadas que ahora atesora y lo hace sentirse orgulloso del camino recorrido. “Para mí –señaló- INDAP ha sido todo. Es el único trabajo que he tenido, ha sido mi sustento y el de mi familia. He vivido acá buenos momentos y otros no tanto, como sucede en la vida, pero siento que ha sido un buen tiempo”.
Don Jaime nació en abril de 1955 en Santiago y junto a su familia vivió hasta los 14 años en Doñihue. Hijo de Cipriano Rigoberto y Amalia Rosa, con sus dos hermanos disfrutó de una infancia de juegos y travesuras. También asistía a la parroquia y colaboraba como acólito. Después, la familia se trasladó a Coltauco, donde su padre trabajó en un negocio de abarrotes.
Luego de tres años en esa comuna, la vida de los Valdivia Castro continuó en Rancagua, Acá, don Jaime ingresó a estudiar al Instituto Comercial (actual Liceo Comercial), egresando en el año 1976 con el título de contador. “Tengo bonitos recuerdos de esa época y con un grupo de 20 ex compañeros mantenemos el contacto y nos reunimos cada cierto tiempo”, indicó.
En 1976 ingresó a INDAP, asumiendo funciones de contador en la Unidad de Finanzas en la Dirección Regional. Siete años después le asignaron tareas de encargado de Contabilidad de inversiones y en 1985 asumió como contador de Crédito y supervisor, para culminar su destacada trayectoria profesional como contador del Departamento Administración y Finanzas.
Con su esposa Mireya Aguayo y sus hijos María Carolina y Jaime Alberto forman una hermosa familia. En sus ratos libres, a don Jaime le gusta escuchar música de los años 60 y leer noticias. Uno de sus sueños es “viajar y no preguntar cuánto es. Es decir, no preocuparse de los gastos”.
DESPEDIDA VIRTUAL
A las 15 horas de este lunes, los funcionarios de INDAP O’Higgins se contactaron a través de la plataforma Teams para brindar una despedida virtual a don Jaime Valdivia.
En la oportunidad se destacó que en el instituto “se caracterizó siempre por su trabajo eficiente y silencioso, colaborando con sus compañeros del Departamento de Finanzas y Administración de la Dirección Regional, como también apoyando muy de cerca a sus colegas de las agencias de área”.
Asimismo, se resaltó sus cualidades de funcionario responsable, “que transmite los valores de nuestra institución, como lo son la transparencia y probidad, respeto por las personas, excelencia, creatividad, trabajo en equipo, participación y cooperación, justicia y solidaridad. Principios que se han destacado en él desde el comienzo”.
Varios de sus compañeros de trabajo le entregaron un mensaje de despedida, resaltando que es un hombre noble, que siempre estuvo dispuesto a colaborar, enseñar y compartir sus conocimientos. También se le describió como “el hombre ancla”, que con su temple y experiencia sabía unir al equipo.
El Seremi de Agricultura, Joaquín Arriagada, indicó que don Jaime es un funcionario de la vieja escuela, con valores y principios claros y firmes. Agregó que en sus inicios en INDAP el trabajo se realizaba en forma manual y que años más tarde supo adaptarse y aprender a usar las nuevas tecnologías. Le agradeció su trabajo y le expresó que “usted siempre va a formar parte de la familia del Ministerio de Agricultura”.
El director regional de INDAP, Juan Carol García, señaló que “don Jaime Valdivia se retira de la institución después de 44 años de trabajo. Si quisiéramos sumar el número de operaciones, de apoyos, de fondos que pasaron por sus manos en post de atender a nuestros usuarios, a los equipos internos de INDAP en estos años, probablemente nos quedaríamos cortos de cualquier estimación que hagamos”. Agregó que “en la parte profesional él es una pieza muy importante de esta maquinaria llamada INDAP O’Higgins, de esos engranajes que funcionan muy bien, silenciosamente, constantemente, que nunca falla, como podría decir alguien por ahí. Por eso, lo vamos a extrañar como persona y como profesional”. Manifestó “nuestro agradecimiento y felicitaciones por esta labor, pero más importante aún, por su forma de ser como persona. Para don Jaime los mejores deseos para el futuro que viene en su vida y gracias por cada día que dedicó, de excelente forma, a INDAP y a todos sus usuarios”.
Además, la presidenta de la Asociación de Funcionarios de INDAP Región de O’Higgins, Romye Barra, y el dirigente Luis Díaz, le hicieron entrega de un obsequio. También recibió un galvano de la Dirección Regional de la institución.
Antes de marcar por última vez la hora de salida en el reloj control, don Jaime dejó ordenado su escritorio, por el que pasaron miles de papeles con las cifras que respaldaban todas las operaciones que se realizaron durante su larga permanencia en INDAP.