No sobrecargar en el aspecto académico; priorizar un espacio de encuentro y contención emocional; mantener las medidas de autocuidado y recuperar las rutinas de sueño son aspectos claves para esta vuelta a clases presenciales que viven muchos niños y jóvenes durante esta semana
En este regreso a clases, esta vez de manera presencial, muchos niños y jóvenes se reencontrarán con compañeros y profesores que no veían hace mucho tiempo. Un cambio que viene asociado a la necesidad de replantear rutinas y que también puede conllevar a una serie de efectos emocionales.
Según la psicóloga infantojuvenil, Natalia Terán, “el retorno a clases es un fenómeno que debemos observar con detención, porque se da en un contexto de nuevas reglas y formas de convivencia distinto al que conocían muchos niños y jóvenes. Sin embargo, sin duda, tiene muchos beneficios, porque permitirá retomar la interacción social con los pares. Recordemos que para los niños es fundamental desarrollar habilidades sociales y para los adolescentes tener un grupo de pertenencia, porque es en la experiencia de la interacción social que los niños aprenden todo orden de cosas”.
Asimismo, agrega la especialista, “para algunos volver a clases puede contribuir a disminuir la ansiedad que se ha acrecentado en el último tiempo, pero para otros incluso aumentarla, sobre todo para aquellas personas que son tímidas o que antes de la pandemia ya tenían problemas de habilidades sociales, ya que para ellos regresar al colegio los expone a tener que desplegar esas habilidades que no tienen y se sienten en desmedro. Actualmente, estamos viendo muchos niños con un brote de ansiedad a raíz de la angustia que les genera la fantasía o amenaza de volver a clases y que los compañeros los vuelvan a molestar y sientan la presión de ser más sociables. Esto despierta en ellos recuerdos que hacen que se desestabilicen”.
En ese sentido, los padres tienen un rol clave de contención en este proceso. “Deben proveer un espacio de contención emocional para los más jóvenes, generar espacios de encuentro y de escucha, respetando las emociones que emergen. Por ejemplo, al regresar del colegio se puede preguntar cómo lo pasó, cómo se sintió, qué fue lo que más te gustó, para ser parte activa de este momento. Debemos validar todas las emociones, positivas y negativas y entregar un espacio donde puedan expresarse”, sostiene.
Pero también es crucial no sobrecargar el aspecto académico, la experta enfatiza en que el periodo de adaptación y nivelación que ya supone una carga importante por lo que, si bien las evaluaciones son importantes, no debería ser materia de presión al comienzo del año.
¿Qué es importante a considerar en los primeros días de clases? Los padres deben prestar atención a las señales de alerta emocional en escolares, es decir, “si duerme mal, si ha aumentado de peso, si está irritable, si tiene demasiada resistencia a entrar a clases o mucha ansiedad. Estas son solo algunas de las situaciones que nos sugieren que debemos consultar con un especialista. Especialmente en aquellos niños o jóvenes que son más tímidos o han tenido problemas de sociabilización producto de la pandemia”, confirma la psicóloga.
Alimentación saludable, buen dormir y medidas de autocuidado
La educación cumple un rol fundamental en el desarrollo de los niños, por esto resulta elemental seguir con todas las medidas de seguridad y protocolos necesarios para un retorno seguro. Al respecto, la Dra. Carolina Cerón, Director Médico del Centro Médico y Dental RedSalud Arauco y Médico Familiar del Niño, sostiene que “la pandemia no ha terminado, por ello debemos seguir cumpliendo con las medidas de autocuidado, como lo son el lavado de manos, el distanciamiento social y el uso de mascarilla -idealmente KN95, N95 o mascarillas quirúrgicas de tres pliegues- y cambiarla cada 3-4 horas o cada vez que se humedezca”.
Además, la especialista señala que, en el caso de los más pequeños, “los padres deben explicar la situación de pandemia que seguimos enfrentando, cómo se contagia el virus y la necesidad de respetar las medidas que hemos adoptado durante la jornada escolar”.
Respecto al horario de recreo, instancia donde los menores suelen tener más contacto con otros niños, comenta que deben privilegiar “compartir en zonas al aire libre, con distancia e intentar mantener su rutina lo más normal posible. No obstante, es clave reforzar el mensaje sobre la correcta manipulación y consumo de las colaciones para evitar contagios. Es decir, deben enviar colaciones individuales porque no pueden compartirla con otros estudiantes y llevarlas en bolsas selladas o recipientes; reforzar en esos momentos el lavado de manos antes y después de comer; y al retirarse la mascarilla mantener la distancia adecuada”.
Una alimentación saludable y un descanso reparador son hábitos que contribuyen a un mejor desempeño escolar. “Para promover una adecuada nutrición es fundamental que revises con detención las colaciones e inclinarse por productos más saludables, como frutas, lácteos o alimentos que tengan adecuada composición nutricional e idealmente alimentos que no tengan sellos de advertencia”, señala la especialista en medicina familiar.
Además, producto de las vacaciones, muchos niños y jóvenes vieron alterado su sueño durante el verano y para algunos, puede convertirse en una difícil tarea volver a despertarse temprano para ir al colegio. “No dormir las horas necesarias afecta directamente la capacidad de aprendizaje del niño y su conducta, por ello es esencial promover un buen descanso. Esto involucra retomar rutinas de sueño, acostarse más temprano y evitar ver la televisión o utilizar dispositivos electrónicos, además de procurar dormir entre 8 y 10 horas diarias. Por último, deben cenar al menos 1 a 2 horas antes de acostarse”, concluye.