El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Rancagua condenó ayer miércoles 9 de marzo, a la pena de 13 años de presidio, a Andrés Eduardo Provoste Toledo, como autor de los delitos de abuso sexual y violación impropia, ilícitos cometidos en contra de su hija durante los años 2011 y 2013.
El tribunal, tuvo como principal elemento de convicción el testimonio de la víctima, afirmando que: “Esta narración fue contextualizada, coherente, corroborada periféricamente y exenta de datos oportunistas que pretendieran mejorarla, ya que describió acciones inequívocas en el ámbito de vulneración sexual de una menor, que encuadran en el tipo penal de abuso sexual impropio y violación impropia, los que acontecieron en más de una oportunidad en el domicilio de la comuna de Peumo, y que por ello, tal relato no puede ser atribuido a una situación no vivida o inventada como lo planteó el abogado defensor en su alegato final al señalar que el relato de la niña no era creíble”.
La sentencia también establece que se valoraron, para esta decisión condenatoria, las pericias sicológicas y físicas realizadas a la niña.
Cabe señalar que ésta es la segunda oportunidad en que se realiza un juicio oral contra de Provoste Toledo, ya que tras un recurso de nulidad interpuesto por la defensa, la Corte de Apelaciones de Rancagua, en el mes de octubre, ordenó realizar un nuevo procedimiento.
Finalmente el tribunal condenó al imputado a las penas accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos, y temporal para cargos, oficios o profesiones ejercidos en ámbitos educacionales o que involucren una relación directa y habitual con personas menores de edad por el lapso de 10 años.