Asegurar el derecho a la educación en los menores de edad, que por motivos de salud asisten al aula hospitalaria y que se han visto afectados por la pandemia, motivó que los profesionales de la unidad educativa se desplazaran hasta sus hogares. Se trata de “Aula Móvil”
Por años las aulas hospitalarias instaladas en los distintos recintos del país, han venido apoyando la educación escolar de los menores en situación de enfermedad, hospitalizados o en tratamiento médico, llegando a ser 57 escuelas que, enfocadas en la recuperación de estos estudiantes, con creatividad, adaptabilidad y perseverancia, han dado continuidad a los aprendizajes de los pacientes al interior de cada institución, abarcando los niveles prebásicos, básicos y medios.
La emergencia sanitaria, lejos de truncar el proceso educativo para estos niños y jóvenes, que asistían a clases de manera presencial, ha representado la oportunidad de innovar con esta “Aula hospitalaria Móvil”, idea que, estructurada el año 2020 en el Hospital Regional del Libertador Bernardo O´Higgins, ya se transforma en un hito que cumple en la práctica con el derecho fundamental a educarse, llegando hasta los hogares de cada uno de los menores matriculados que, en la provincia de Cachapoal, suman 30 estudiantes.
Orlando Orellana, profesor y coordinador del proyecto del HRLBO, puntualiza que la idea del aula hospitalaria móvil es “asistir a los menores matriculados, facilitar y mejorar los aprendizajes en la modalidad online que hoy tienen, monitorear con ello el avance en terreno. La idea es mantener en el tiempo el proyecto, para atender a cada uno de los chicos, que sabemos no podrán acudir hasta la escuela a la hora que cese la pandemia y se retorne a la presencialidad, porque muchos están lejos. El aula móvil en ese sentido aseguraría el derecho de educación para ellos”.
Por su parte, Katherine Johansson, profesora y coordinadora del aula hospitalaria, agrega sobre la innovadora propuesta que “ha sido super interesante y desafiante subirnos al mundo online y llevarlo a las casas de los estudiantes, que era algo que se necesitaba. Permitiéndonos hacer clases más entretenidas y motivadoras”.
“Hoy día se mezclan los contenidos para hacerlos más dinámicos, abarcando también la contención emocional, lo que nos entrega la posibilidad de observar cómo están nuestros estudiantes en general -en el contexto de pandemia- y abordar de mejor manera la situación de cada uno de ellos, para retroalimentar también a los profesores de asignaturas con la realidad que vemos en terreno”, explica la profesional.
Luis Mario Sepúlveda de 16 años, alumno del aula móvil, sostiene que “la experiencia que he tenido en mi primer año de estudio ha sido muy importante, ya que me ha servido de terapia y ahora entiendo mejor las materias y puedo avanzar”. Katriana Chacón de 16 años, alumna del aula hospitalaria, se suma a las palabras de su compañero, agregando que “del hospital infantojuvenil me derivaron al aula hospitalaria del HRR por los problemas que tengo y desde entonces ha sido muy bueno para mí, ya llevo tres años en las clases y voy en tercero medio”.
Se destaca que desde el año 1999, el Ministerio de Educación reconoce a las aulas hospitalarias como unidades educativas, que a través de un trabajo pedagógico y lúdico contribuyen a la normalización de la vida de los niños y jóvenes hospitalizados, en tratamiento médico ambulatorio o domiciliario. Evitan la marginación de los pacientes-alumnos del sistema educativo y de su contexto sociocultural, ayudando a aminorar los impactos negativos de la enfermedad y la discontinuidad en los aprendizajes, abarcando a menores que padecen patologías crónicas como hemodializados, ostomizados, oxígenos dependientes. Patologías Agudas de Curso Prolongado, como los grandes quemados, politraumatizados y oncológicos. Además de otras enfermedades que requieren hospitalización