Fortalecer la experiencia turística a partir de la incorporación de elementos experienciales y un relato turístico, es el objetivo de la iniciativa “Patrimonio Gastronómico y Artesanal para el Turismo” en la región de O’Higgins
Dos imágenes sirven perfectamente para una comparación didáctica. En la primera se ve un restaurante de la región de O’Higgins adornado con cerámicas chinas. Sobre sus mesas hay recipientes plásticos con frutas y verduras de utilería y, en un lugar privilegiado, luce el clásico salero de la marca Sal Lobos. En la segunda representación, en cambio, otro restaurante luce acicalado con artesanía en fibra de Paja de la Lajuela y cerámica de Pañul. Además, sobre los manteles hay una hermosa canasta realizada con mimbre de Chimbarongo, que contiene tomates rosados típicos de Peumo… Y en vez del salero plástico de supermercado, hay uno de vidrio que muestra la legendaria sal de Cahuil.
La segunda imagen es la que se quiere lograr y/o fortalecer con el proyecto Patrimonio Gastronómico y Artesanal para el Turismo, financiado a través del Fondo de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional de O´Higgins y su Consejo Regional, enmarcado en la Estrategia Regional de Innovación, y ejecutado por el Instituto del Patrimonio Turístico de la Universidad Central. La semana pasada en el Museo Regional de Rancagua, se dictó el primer taller de esta iniciativa; ahí se reunieron representantes de ambos rubros, que aprendieron acerca de competencia empresarial. ¿Algunos de los tópicos abordados? Que, por ejemplo, en una alianza estratégica comercial, 1+1 es más que 2, que estas coaliciones no deben hacerse con quienes sean una competencia y que, cuando se logren acuerdos, cada negocio sea responsable y proactivo en las acciones que le competen, asumiendo los riegos que cualquier tipo de negocio siempre exige.
“Este proyecto plantea un desafío innovador que es tratar de visibilizar y poner en valor la producción artesanal y de productos gourmet en la industria turística regional. La intención es que los hoteles y los restaurantes de la región de O’Higgins puedan incorporar estos elementos como una representación de nuestra identidad, patrimonio y raíces. De esta forma, se beneficia el hotel al mejorar la calidad de la experiencia de su pasajero y también al productor, al hacer visible su producto y establecer una red de contactos que antes no tenía”, dice Julio Arenas, director subrogante regional de Sernatur.
Lo que se quiere lograr es que artesanos y productores se “encadenen” a las empresas de servicio de alojamientos y de alimentación turísticas de la región. La coordinadora del proyecto, Janet Pérez, complementa: “Son muchos los estudios que reconocen la identidad local, el valor patrimonial de diversos productos gastronómicos y artesanales de la zona. Hay un gran potencial para trabajar; lo que nosotros buscamos es mejorar la experiencia turística incorporando productos dentro de la oferta de alojamientos y restaurantes; la idea es que no solamente vendan cualquier tipo de comida, sino que también ofrezcan un plato con productos locales, por ejemplo”.
El proyecto tiene una duración de 15 meses y tendrá como beneficiarios artesanos tradicionales de mimbre de Chimbarongo, piedra rosada de Pelequén, artesanía en fibra de paja de La Lajuela, la cerámica de Pañul y otros, así como también productores locales agrícolas de la zona tales como la sal de Cáhuil, quínoa, tomate rosado, algas, cordero, miel de palma, maní de corcolén, entre otros.