Imaginemos un mundo donde los deportistas rompen récords con mayor frecuencia, los árbitros casi nunca se equivocan y los fans se sienten más cerca que nunca de la acción
Bueno, eso es lo que está logrando la tecnología. En las últimas décadas, la tecnología ha cambiado el juego, literalmente, en el mundo de los deportes. Ha sido un cambio de juego tan radical que casi no reconoceríamos el terreno de juego de hace unos años, así lo señala José Luis Muñoz Pincheira, Docente ingeniería civil industrial
UNAB.
Para los atletas, la tecnología es como un entrenador personal que nunca duerme. Con gadgets y aplicaciones sofisticadas, los deportistas ahora pueden conocer detalles minuciosos sobre su salud, forma física y nutrición. ¿Correr más rápido, saltar más alto, lanzar más lejos? Es todo un conjunto de datos y análisis que ayudan a los atletas a sacarle brillo a su juego, ajustando sus entrenamientos y tiempos de recuperación para estar en su mejor forma.
Pero, ¿qué hay de las decisiones en el campo? Todos conocemos la frustración de gritarle a la pantalla cuando un árbitro comete un error. Bueno, la tecnología también está cambiando eso. Gracias a sistemas como el VAR en el fútbol o la tecnología Hawk-Eye en el tenis, esos momentos polémicos están disminuyendo. Ahora, hay una justicia poética en saber que la tecnología está allí para atrapar los pequeños detalles que los humanos podríamos perdernos.
Además, los riesgos que toman los atletas cada vez que entran al campo también se han reducido. Hoy en día, tenemos cascos que pueden alertar sobre conmociones cerebrales y equipamientos que parecen sacados de una película de ciencia ficción, diseñados para prevenir lesiones. Es un alivio, especialmente para aquellos que practican deportes extremos.
Para los fanáticos, la revolución tecnológica es como tener un pase VIP en cada evento. Las transmisiones en 360 grados, los análisis en tiempo real y esas aplicaciones en nuestros teléfonos nos colocan en el centro de la acción. Y no se trata solo de ver más; se trata de sentirnos más conectados con cada jugada, cada atleta, cada momento.
¿Y los beneficios fuera del campo? Bueno, la tecnología también está marcando goles en marketing y comercio. Ahora, los clubes y organizaciones pueden comunicarse con los fans de formas que antes eran impensables, ofreciendo experiencias personalizadas y generando oportunidades de negocio que nadie había soñado.
Parte de esta revolución la veremos en los Juegos Panamericanos. Esperemos ser testigos de cómo la tecnología puede ayudar a romper récords. En atletismo, por ejemplo, se estrenará una nueva pista diseñada para minimizar la abrasión y el roce, lo que podría llevar a los atletas a mayores velocidades. ¿Quién sabe? Estaríamos a punto de ver la próxima hazaña mundial o continental.