Estas fechas son de mucho nerviosismo entre los jóvenes de nuestro país, pues estamos próximos a conocer los resultados de la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES)
Esto permite la postulación de quienes egresaron de cuarto año medio a las distintas profesiones que ofrecen las universidades e institutos profesionales, aunque estos últimos no exigen un puntaje en específico para matricularse. Este hecho, que se repite como un ritual de iniciación académica cada año, presenta cifras macro bastante alentadoras. Por ejemplo: en 2023 se observó un incremento de 3,1% de matrículas respecto de 2022, con un total de 1.249.401 estudiantes de pre-grado, donde 149.636 corresponden a aquellos que ingresaron a una carrera este año, lo que incrementó en 12,9% la matrícula en este segmento. De hecho, sólo en las universidades la matrícula en primer año aumentó más de 17 mil estudiantes, así lo señala Eliseo Lara Ordenes, Director Pedagogía en Educación Media de la UNAB, Concepción
Estos datos muestran, además, que la mayoría son mujeres (53,4%) y que se elevó la demanda por carreras profesionales sin licenciatura, lo cual no deja de ser llamativo, considerando que es uno de los principales requisitos para proseguir en estudios de postgrado. Otro dato importante es que educación creció su matrícula de primer año en un 18,5%, más del doble de lo que crecieron en general las matrículas de otras áreas del conocimiento como Arte y Arquitectura (8,3%) o tecnología (5,1%).
Con todo, se puede indicar que el sistema de educación superior chileno cada vez es más robusto, estable y, salvo las excepciones conocidas de instituciones de educación superior con problemas financieros y de acreditación, el conjunto general permite tener una gran cobertura a la demanda. Por ello es importante informarse bien la cantidad de años de acreditación de una institución, conocer en qué áreas está acreditada y qué nivel de empleabilidad tiene la carrera elegida de esa institución, pues los datos generales que se presentan en la prensa por carrera no evidencian las diferencias que existen entre cursar en una u otra institución.
De ahí que, para elegir qué estudiar es importante saber qué futuro empleo tendré, cuáles son las posibilidades de desarrollo y qué flexibilidad a los cambios me permitirá la carrera que elija, ya que los tiempos en que la tecnología está cada vez más avanzada, está dejando obsoletos varios conocimientos que hoy se imparten en las instituciones educativas.