El próximo viernes 26 de julio, la llama olímpica comenzará a resplandecer en París, dando inicio a tres semanas en las que el deporte será el protagonista indiscutible
Este evento no solo representa un encuentro de la élite deportiva mundial, sino también un motor para el fomento y desarrollo del deporte a nivel global. Los/as atletas, que en estos días ya emprenden sus viajes, son vistos como verdaderos héroes, con epopeyas y hazañas que inspiran a millones. En el estadio olímpico se entrelazan historias de esfuerzo, gloria y sacrificio, y cientos de miles de niños/as de todo el planeta, con ojos atentos, los observarán desde sus hogares, así lo señalan Frano Giakoni, Humberto Castillo y Martín Reyes, directores de la carrera de Entrenador Deportivo en UNAB Sedes Santiago-Concepción-Viña del Mar.
Tal como ocurrió con muchos de nuestros niños/as en Atenas 2004, donde soñaban con emular a Nicolás Massú y Fernando González triunfantes con la corona de olivos en sus cabezas y el oro colgado en el cuello, hoy otra generación encontrará a sus héroes en atletas como Esteban y Marco Grimalt, Paulina Vega, Nicolás Jarry y las mellizas Abraham. Aunque hay 20 años de diferencia en el tiempo, hay un punto en común: su esfuerzo, coraje y continua lucha de superación. Aquí radica en gran parte la importancia de los Juegos Olímpicos Modernos. Más allá de las medallas, las marcas y el espectáculo de lujo, los Juegos Olímpicos nos renuevan la continua invitación a la superación diaria, a creer, a tener convicción y sueños, y a confiar en los procesos de largo aliento. En cada zancada de Martina, cada brazada de Kristel, cada golpe de raqueta de Nico, será un recordatorio de que los límites son solo fronteras imaginarias. Los niños y niñas, al ver a sus ídolos, aprenden de ellos que el esfuerzo y la pasión pueden llevarlos más allá de lo que creían posible.
Los Juegos Olímpicos no solo son una competición para romper récords y sumar medallas. Son una celebración de la humanidad, un acto de amor y, por sobre todo, una danza de sueños y una oda al espíritu de superación del ser humano. En estos tiempos, cuando el mundo enfrenta múltiples desafíos, desde la crisis climática hasta tensiones geopolíticas, los Juegos Olímpicos emergen como un faro de esperanza y unidad. París 2024 no será la excepción. Con innovaciones y una visión clara hacia la sostenibilidad, estos juegos prometen dejar una huella significativa no solo en el ámbito deportivo sino también en el social y ambiental.
París 2024 trae consigo varias novedades que marcarán un hito en la historia olímpica. Entre ellas, destaca la inclusión de nuevos deportes que reflejan las tendencias y preferencias de las generaciones más jóvenes. El breakdancing hará su debut como deporte olímpico, atrayendo a un público diverso y mostrando la evolución de la cultura urbana. Además, se fortalecerá el compromiso con la igualdad de género, asegurando una representación equitativa de hombres y mujeres en todas las disciplinas.
Otra innovación significativa es el enfoque en la sostenibilidad. París 2024 será uno de los primeros juegos olímpicos en implementar un plan integral de sostenibilidad, con instalaciones construidas bajo estrictos estándares ecológicos y un esfuerzo concertado para reducir la huella de carbono del evento. Este compromiso con el medio ambiente no solo es un reflejo de las crecientes preocupaciones globales, sino también una demostración del papel que el deporte puede desempeñar en la promoción de prácticas sostenibles.
Nos llena de orgullo mencionar que la Universidad Andrés Bello será la institución educativa con la mayor representación de deportistas en los Juegos Olímpicos a nivel nacional y latinoamericano.
Esperamos que esta fiesta olímpica siga motivando a nuevas generaciones de deportistas en Chile. Que nuestro Team Olímpico tenga un desempeño excelente es un deseo compartido, pero también es fundamental que clubes, organizaciones y establecimientos educativos aprovechen este espacio para seguir vinculando el deporte con un enfoque positivo y constructivo. De esta manera, se puede perpetuar la llama olímpica y contribuir a una mejor formación integral de las personas.
Creemos firmemente en la importancia del deporte como herramienta para el desarrollo personal y social. Los Juegos Olímpicos de París 2024 representan una oportunidad inigualable para observar, aprender y aplicar los principios y conocimientos de las Ciencias del Deporte en un contexto global.