Hablar de infraestructura pública en Chile es hablar del desarrollo de las regiones y de la calidad de vida de las personas
Detrás de cada obra, de cada embalse, de cada camino que conecta comunidades, existe un trabajo conjunto entre el Estado, los municipios, los gremios y la ciudadanía, que transforma necesidades locales en oportunidades de crecimiento.
Desde el Ministerio de Obras Públicas en la Región de O’Higgins, hemos asumido la infraestructura como una herramienta de equidad territorial. Planificar no se trata solo de proyectar obras, sino de comprender el territorio, interpretar sus desafíos y construir soluciones que trasciendan los ciclos políticos.
Cuando existe diálogo entre los distintos actores públicos y privados, las obras adquieren sentido, legitimidad y permanencia en el tiempo. Por eso, la infraestructura con propósito nace desde la colaboración y se consolida cuando las decisiones se toman con enfoque territorial…no se trata de gastar recursos y cumplir con una ejecución presupuestaria, sino del cómo se utilizan esos recursos.
El Plan Nacional de Infraestructura Pública 2055, impulsado por el Presidente Gabriel Boric, propone una mirada de largo plazo basada en sostenibilidad, inclusión, conectividad y resiliencia, en base a cuatro ejes estratégicos.
En O’Higgins, hemos acompañado este proceso mediante un diálogo regional sostenido, articulado por la Dirección de Planeamiento del MOP, generamos espacios de análisis y conversación junto a múltiples actores del territorio, sean estos del ámbito público como privado.
La planificación desde el territorio permite priorizar obras que respondan a necesidades reales, como caminos rurales, servicios de agua potable, conectividad digital y proyectos de infraestructura hídrica que mejoran directamente la vida de las comunidades.
La experiencia regional demuestra que las grandes transformaciones se logran cuando los sectores trabajan juntos. La articulación multisectorial no es solo un método de gestión, sino una estrategia para asegurar eficiencia, sostenibilidad y legitimidad social en cada inversión pública.
Cada vez que una nueva carretera acorta distancias o una obra hídrica entrega seguridad a una comunidad, avanzamos hacia una infraestructura pública que genera cohesión social y pertenencia.
Recientemente, como MOP O’Higgins organizamos un seminario sobre los desafíos de conectividad regional, fueron más de 50 representantes del mundo municipal, gremial y ministerial, con quienes compartimos la visión de diferentes ministerios sobre movilidad, planificación y desarrollo territorial. Todos coincidimos en una idea esencial: sin diálogo, no hay desarrollo sostenible posible.
Liderar desde el territorio implica escuchar, coordinar y decidir con propósito. Construir infraestructura es también construir confianza, y ello demanda una visión de largo plazo que ponga en el centro a las personas y sus territorios.
Esperamos que el futuro de la infraestructura en Chile sea sostenible, inclusivo y colaborativo. Pero, sobre todo, sea el reflejo de un liderazgo compartido, que entienda que el desarrollo se construye desde lo local hacia lo nacional.
Hoy, el Ministerio de Obras Públicas reafirma su compromiso con una planificación territorial de largo aliento, que combine equidad, sostenibilidad y participación ciudadana.
Porque, en definitiva, construir infraestructura pública es construir futuro desde la particularidad de cada territorio.
Por: María de los Ángeles Latorre Escandón, SEREMI de Obras Públicas de la Región de O’Higgins






