Se trata de una guía clínica dirigida a la atención en servicios adultos y pediátricos, y tiene como principal objetivo, identificar con mayor rapidez y precisión, microorganismos presentes en el paciente y el mejor tratamiento antibiótico para combatirlo
Con el objetivo de definir tratamientos antibióticos con mayor rapidez y precisión para pacientes adultos y pediátricos, la Unidad de Infectología del Hospital Regional Libertador Bernardo O’Higgins, realizó por segundo año consecutivo la Guía de susceptibilidad bacteriana.
“Esta guía contiene la revisión anual de todos los cultivos significativos encontrados en los pacientes del Hospital Regional LBO, tanto hospitalizados, así como servicios críticos, no críticos, urgencias y consultorio”, comentó el Dr. Andrés Cornejo, jefe Unidad de Infectología.
Porcentaje de susceptibilidad
La Guía es de formato desplegable y de bolsillo, y es de uso de todos los médicos del centro asistencial. Para su elaboración, se realizó un estudio para pesquisar cuáles son los microorganismos más frecuentes, y de esos microorganismos, qué antibióticos son los que tienen mejor llegada para tratarlo.
“En base a todos los estudios microbiológicos que se realizan en el hospital, se reportan a través de métodos automatizados, y luego se toman todas la estadísticas, segmentadas por servicio, microorganismo, entre otras variantes. La labor de los tecnólogos médicos del laboratorio se ve expresada en las cifras que da este sistema informático y luego expresarlo en la guía. Estas estadísticas se expresan en porcentaje de susceptibilidad, y eso nos ayuda a que cuando recetamos un tratamiento antimicrobiano, podemos generar un tratamiento lo más acertado y ajustado posible”, comenta la Dra. Sonia Correa, médico encargado del Programa de Control de Infecciones del centro asistencial.
Patrones de resistencia
Para el Dr. Andrés Cornejo, el desarrollo de esta Guía “nos permite monitorear los patrones de resistencia de nuestra microbiota, y adaptar a la mejor indicación clínica el tratamiento antibiótico del paciente, tanto en el manejo inicial como posteriormente, con el resultado de los cultivos, ajustar a este microorganismo, infección y sensibilidad que tiene. Es una herramienta para orientar nuestra terapéutica antomicrobiana, en beneficio del paciente y en concordancia de las mejores prácticas de la medicina, ya que no todos los antibióticos son para todos los pacientes ni microorganismos”.
Por su parte, la Dra. Mildred Lima, internista e infectóloga, puntualizó que el desarrollo de este estudio “está en el contexto de una norma mundial de disminuir la resistencia antimicrobiana. La idea es reducir el espectro y reducir el riesgo de error al paciente. Es nuestra función mejorar para el paciente y evitar esta resistencia. Es por eso que las guías clínicas internacionales son orientadoras y hacen mención a que tomemos las medidas de acuerdo a realidad local. El conocer nuestra realidad, es el reflejo de esta guía, que nos permite generar otros protocolos de manejo local, acordes a las buenas prácticas médicas para poder beneficiar a nuestros pacientes”.