La terapeuta ocupacional del Hospital de Pichilemu, Macarena Vidal, nos explica la importancia de esta buena práctica y cómo se aplica en la comunidad usuaria y funcionaria
En la agitada vorágine de la vida moderna, muchas veces nos encontramos ocupados atendiendo responsabilidades, cuidando de otros y cumpliendo con obligaciones, relegando nuestros propios cuidados al último lugar de la lista de prioridades. Sin embargo, el autocuidado no es un lujo opcional, sino una necesidad esencial para alcanzar un equilibrio emocional, físico y mental duradero. Es por esto que, en el Día Internacional del Autocuidado, la terapeuta ocupacional del Hospital de Pichilemu, Macarena Vidal, nos explica la importancia de aplicarlo en la vida diaria.
Definido por la OMS como “la capacidad de las personas, las familias y las comunidades para promover la salud, prevenir las enfermedades, mantener la salud y hacer frente a las enfermedades y discapacidades con o sin el apoyo de un profesional de la salud». La funcionaria agrega que “como terapeuta ocupacional, destaco la importancia de tomar parte en nuestra salud desde un enfoque ocupacional y la importancia de la mirada preventiva, lo que muchas veces carecemos las personas que trabajamos en salud, trabajando en un hospital, no nos damos el espacio de parar a mirarnos y autocuidarnos”.
A nivel interno, la profesional explica que “en nuestro hospital, se han generado diferentes alternativas. Actualmente tenemos horas protegidas para funcionarios en atención médica, kinesiología y odontología. Además, se han realizado operativos de medicina preventiva (EMP), para pesquisar las patologías más comunes, dando las facilidades a los funcionarios para participar, contando con la evaluación de nutricionista”.
Adicionalmente, Macarena profundiza que “hace algunas semanas retomamos las pausas activas, en que una profesora de educación física, con formación en yoga terapéutico, visita los servicios y unidades, entregando un espacio de receso en que se realizan elongaciones y ejercicios para liberar el cuerpo y mente por unos minutos. Esta iniciativa ha recibido una positiva acogida entre los funcionarios, pudiendo despejarse por unos minutos y retomar su actividad. Adicionalmente se realiza taller de yoga, fuera del horario laboral, entregando una instancia alternativa, sin descuidar las funciones de cada uno”.
“En relación a la comunidad- complementa la profesional – contamos con diversas instancias, siendo cada programa hospitalario, pionero en generar estrategias para su población. Algunos ejemplos los vemos en el autocuidado para cuidadores del programa de dependencia severa, el cual entrega herramientas para realizar en domicilio con el objetivo de disminuir la sobrecarga tanto mental, como física. Desde el eslogan, cuidarse para cuidar”.
Otra estrategia importante que destaca la funcionaria es la implementación de “yoga para usuarios de la unidad de salud mental, que cuenten con derivación de su psicóloga (o) tratante y para cuidadores de personas del programa de Alzheimer y otras demencias”.
En definitiva, es importante tomar conciencia que cuidar de uno mismo no es egoísmo; es una inversión a largo plazo en nuestra salud y felicidad. Un mayor autocuidado nos permite ser mejores versiones de nosotros mismos, lo que nos permitirá brindar un apoyo más genuino y efectivo a quienes nos rodean.