La diabetes es una enfermedad seria y crónica que se genera cuando el cuerpo no puede regular los niveles de azúcar en la sangre. Según la última Encuesta Nacional de Salud en Chile el 12, 3% de la población sufre de diabetes y en los adultos mayores es de un 30, 6%
La diabetes se puede manifestar de diferentes formas en el cuerpo de las personas, como, por ejemplo: Mucha sed, aumento del apetito, pérdida de peso sin explicación alguna, fatiga, irritabilidad, visión borrosa, heridas de cicatrización lenta, infecciones en las encías, ganas de orinar más de lo común y problemas en la piel.
La piel es el órgano más extenso que tenemos en el cuerpo llegando a medir más de dos metros. Con el envejecimiento, la capa externa de la piel se adelgaza. En Chile, se estima que el 70% de los adultos mayores experimentan algún tipo de problema en la piel, lo que hace que sea más importante que nunca cuidar y proteger este órgano.
Otra manifestación entre pacientes diabéticos es la tendencia a tener la piel seca, ya que al aumentar los niveles de azúcar en la sangre las personas suelen ir más al baño y se deshidrata la piel. Además, la diabetes puede afectar la circulación sanguínea, lo que disminuye la cantidad de nutrientes y oxígeno que llegan a la piel, aumentando su sequedad y fragilidad
“al tener sequedad en la piel esta se adelgaza por lo que cualquier herida puede transformarse en peligrosa. Es importante tener extremado cuidado con la piel seca no frotarse fuertemente por ejemplo al secarse e hidratarse” comenta Ángela Abarca, de Medicina General de Clínica Cath, especializada en heridas cutáneas de adultos mayores.
Otro posible problema en la piel es Acantosis Nigricans que se produce debido a una acumulación de insulina en la piel, esta se caracteriza por ocasionar un oscurecimiento en ciertas áreas del cuerpo, como en la parte posterior del cuello, las axilas, la ingle, las rodillas, los codos y las manos, y tiene una textura casi aterciopelada.
Uno de los más peligrosos que comentan desde la clínica Cath es el pie de diabético que se produce debido a que la glicemia alterada, la hipertensión arterial y la hipercolesterolemia, provocan daño en los vasos y nervios que pueden producir complicaciones a medio-largo plazo causando cambios en la forma de la piel y creando estas heridas que pueden terminar en amputaciones.
Para Mónica Orellana de medicina general, el pie de diabético muchas veces se produce por el mal cuidado de la enfermedad “El exceso de azúcar en la sangre va dañando los vasos sanguíneos, disminuyendo el flujo de sangre a las extremidades del cuerpo, vitaminas, minerales, que son los que mantienen nuestros pies saludables y sin heridas. Si estas heridas no se tratan a tiempo se puede llegar a amputar la extremidad de la persona, a lo que se suma, de que estas heridas no son fáciles de tratar, necesitan cuidados especiales” comenta
Los especialistas recomiendan estar atentos a estos signos en la piel y reconocerlos para así poder recibir asistencia de un médico. Y finalmente realizarse chequeos preventivos con especialista para ver los niveles de azúcar en la sangre por lo menos 3 veces al año.