Profesionales del Hospital de Santa Cruz explican los factores que influyen en la atención en los Servicios de Emergencia de mayor complejidad y su preocupación por los numerosos intentos de autolisis que se han presentado en estos últimos meses
En diversas comunas de la Región de O’Higgins, existen los Servicios de Alta Resolutividad, SAR, particularmente donde se ubican los hospitales de mayor complejidad, para dar apoyo a los servicios de urgencia hospitalarios, que no sólo tienen las atenciones de las comunas en que se encuentran ubicados, sino que, además, deben dar cobertura a los establecimientos de menor complejidad -hospitales y cesfam- que forman parte de su microárea.
Es el caso del Hospital de Santa Cruz, donde la urgencióloga jefa de urgencia, doctora Loreto Riveros y la enfermera supervisora de Urgencias, Victoria Barraza explican las características de la atención que se presta y que hace que aquellos pacientes menos graves deban esperar un tiempo más largo para su atención, por lo cual generalmente se recomienda que ese tipo de patologías acudan al SAR de la comuna, donde pueden ser atendidos con mayor prontitud.
Al respecto, la enfermera Victoria Barraza explica que “lo que el público en la sala de espera no ve es que tenemos un doble flujo, porque tenemos el flujo de los pacientes que consultan de forma espontánea por la ventanilla y el flujo de pacientes que vienen derivados de otros centros a través de ambulancia, en camilla, entonces puede ser que en la sala de espera tengamos una cantidad de pacientes menor, pero adentro tenemos tres camillas con pacientes de hospitales de baja complejidad que son los que nos derivan los pacientes”.
Cabe recordar que el Hospital de Santa Cruz es centro de derivación para todos los pacientes de la microárea que comprende los hospitales de baja complejidad de Pichilemu, Marchigüe Litueche y Lolol, además de los Cesfam de Paredones, Chépica, La Estrella, Navidad, Peralillo, palmilla y Pumanque, y por supuesto el Cesfam y el SAR de Santa Cruz.
La doctora Riveros puntualiza que todos los pacientes que llegan en ambulancias son prioridad “porque son pacientes que ya recibieron una atención médica donde se hizo el manejo inicial y cuando ellos ya no lo pueden manejar los derivan a Santa Cruz, entonces son pacientes de categorías C3 para arriba, en general son pacientes graves porque si no el centro de baja complejidad lo habría resuelto, los pacientes C4-C5 los puede atender un médico del SAR, de un hospital de baja complejidad, incluso de una posta si es que tiene médico, pero si llegan de estos hospitales en ambulancia es porque el centro ya no lo pudo manejar y necesitan nuestro apoyo, por lo tanto, van a tener una categorización más alta”.
Victoria Barraza agrega, además, con la vuelta de los escolares a los colegios hay otro aspecto que complejiza el funcionamiento de las urgencias “porque los accidentes escolares se tienen que atender en el sistema público y dependiente de un hospital y aunque el accidente escolar no siempre es una urgencia, hay que prestarle la atención porque así lo dice la normativa y eso suma otro número de pacientes para atender”.
La urgencióloga precisa que la vuelta de los escolares también ha implicado un alza en los casos pediátricos con problemas respiratorios “patologías que habían disminuido en el momento del Covid, debido a que los niños estaban en su casa, al volver al colegio volvió el flujo, las patologías respiratorias resfríos comunes, influenza, laringitis faringoamigdalitis volvieron, comenzaron a recircular y se volvieron a contagiar”.
Otro tema que preocupa a la doctora Riveros, no sólo porque ha causado un alza significativa de pacientes en este período, sino también por la sobrecarga general que significa para el hospital, son los intentos de autolisis (suicidios), principalmente en adolescentes y personas muy jóvenes “son pacientes que hay que tenerlos vigilados y ocupa mucho personal de enfermería, mucho tens y también la atención médica completa, porque es un paciente que debe estar completamente vigilado y la mayoría debe ser ingresado para hospitalización y no son pacientes de resolución rápida”
“Si uno lo ve a simple vista -detalla la doctora-, parece ser paciente leve, pero no lo es, es un paciente grave, incluso con riesgo vital pero no evidente y eso hace que la atención deba ser más lenta con los otros pacientes, retrasando el flujo normal. Hemos llegado a ver incluso cinco pacientes al día por intento de autolisis y eso también nos ha provocado una sobrecarga en la atención normal, no sólo a la urgencia sino también a hospitalización porque no tenemos psiquiatra en el hospital y los profesionales del Cosam también tienen una mayor sobrecarga porque deben venir al hospital para ver a esos pacientes”.
Finalmente, la enfermera supervisora de Urgencias que además el Hospital de Santa Cruz al ser un establecimiento de mediana complejidad no cuenta con todas las especialidades médicas “tratamos de manejar los pacientes acá el mayor tiempo posible, pero cuando necesitamos derivar tiene que ser derivado a Rancagua, especialmente las patologías neuroquirúrgicas, cirugías pediátricas, las hemodinamias o pacientes que necesitan diálisis”.
“Es importante que la comunidad entienda que cuando un paciente requiere ser derivado -puntualiza la doctora Riveros- no es llegar, subirlo a una ambulancia y trasladarlo, el paciente debe estar estable, tener las condiciones adecuadas que garanticen que soporte un traslado, muchos dicen ‘lo llevo en helicóptero’, pero si bien el traslado aéreo suena muy bonito, es más complicado, porque el paciente tiene que soportar el cambio de presión al ser elevado por los aires, mientras que el traslado por tierra puede ser más largo, pero es el más estable para cualquier patología”.