En las últimas semanas distintos medios de prensa han informado de la presencia en el comercio clandestino de un fármaco, el que estaría siendo distribuido por bandas criminales
Si bien personeros de gobierno indican que no hay datos de su distribución masiva en el país, es importante conocer a que riesgos se exponen las personas al consumir esta droga, tal como lo señala Pamela Varas Zúñiga, directora de la carrera de Enfermería, UNAB Sede Viña del Mar.
En las últimas semanas distintos medios de prensa han informado de la presencia en el comercio clandestino de un fármaco, el que estaría siendo distribuido por bandas criminales. Si bien personeros de gobierno indican que no hay datos de su distribución masiva en el país, es importante conocer a que riesgos se exponen las personas al consumir esta droga.
Nos referimos al Fentanilo, denominada la “droga zombie” y cuya utilización es amplia en el área clínica tanto de humanos como en animales. Es un potente fármaco opiáceo sintético aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos para uso como analgésico (alivio del dolor) y anestésico. Es aproximadamente 100 veces más potente que la morfina y 50 veces más potente que la heroína como analgésico. En nuestro país este fármaco está sometido a la Ley de control de Estupefacientes y Psicotrópicos, que regula entre otras cosas, la prescripción y uso de este tipo de productos.
La evolución que ha tenido la comercialización de drogas de uso clínico para fines no terapéuticos no es desconocida. Así, por ejemplo, la Ketamina, es utilizada para la fabricación de Tusi, cuyo consumo ha ido en aumento en la población joven. Sin embargo, el consumo de estos productos no es inocuo y probablemente los efectos nocivos para la salud son desconocidos o minorizados por quienes los comercializan y también por quienes los utilizan con fines recreativos.
Al igual que otros analgésicos opioides, el Fentanilo produce efectos como: relajación, euforia, alivio del dolor, sedación, confusión, somnolencia, mareos, náuseas y vómitos, retención urinaria, constricción pupilar y depresión respiratoria. Quienes lo consumen de manera “recreativa” lo hacen buscando sensaciones placenteras mediadas por la liberación de Dopamina que este fármaco induce. De esta forma la persona que consume fentanilo verá reducida su ansiedad y podrá tener estados de mucho bienestar, lo que se traduce desde una mayor sensación de calma hasta la felicidad extrema.
Esta descripción no parece asociarse a ningún efecto deletéreo para la salud, sin embargo, el Fentanilo tiene una vida media de 7 horas, lo que significa que recién al finalizar ese periodo de tiempo, la concentración del fármaco habrá disminuido a la mitad de su valor inicial (dosis). Además, en su fabricación ilegal, suele mezclarse con otros productos como cocaína; por lo tanto, es factible que se presenten efectos adversos de distinta complejidad como tolerancia, adicción, depresión respiratoria o paro respiratorio, pérdida del conocimiento, coma y muerte.
Por lo tanto es tremendamente importante todo lo que en prevención de consumo de drogas pueda realizarse, e informar a la población de los riesgos que conlleva el uso de cualquier fármaco para fines no terapéuticos.