¿Cómo ayudar a alguien que siente que ha soltado todo lazo que le ata con el resto del mundo, a través de un chat?
Fundación Todo Mejora tiene una línea de ayuda, llamada Hora Segura. Por chat, damos atención a adolescentes que están en crisis, que viven violencia por su orientación sexual, identidad o expresión de género, y necesitan hablar con alguien. No buscamos dar soluciones definitivas, pero sí contención en el momento más crítico.
¿Cómo ayudar a alguien que siente que ha soltado todo lazo que le ata con el resto del mundo, a través de un chat?
La herramienta principal, la única herramienta que tenemos es el diálogo.
Dialogar es re armar un vínculo. Dialogar es reconocer al otrx como un igual, como un ser humano. En la Hora Segura, el diálogo por chat equivale a lanzar una botella al agua, esperando que alguien la recoja y responda. Equivale a ver a alguien de pie en una cornisa, y empezar a hablarle, esperando que su mirada perdida en algún momento se cruce con la tuya y haga una conexión.
Dialogar nos humaniza. Por eso, la experiencia del primer #NaturaDiálogos, sostenido hace una semana, es ante todo una invitación a humanizarnos, a encontrarnos. Podría parecer que dialogar es algo espontáneo, cotidiano, pero vivimos en una sociedad donde los espacios para compartir un momento honesto para hablar de lo que nos importa no abundan. Necesitamos crearlos. Hay que buscar las condiciones para que ocurran.
Al alero de la invitación de Natura, nos juntamos a conversar sobre estereotipos, prejuicios e identidades, a propósito de la entrada en vigencia, el próximo 27 de diciembre, de la Ley de Identidad de Género. Hablamos desde el respeto por las vivencias del otrx, tratando de reconocernos en esas historias, en esas reflexiones, no a pesar de nuestras diferencias sino gracias a ellas. Una de las ideas que desde Todo Mejora quisimos plantear, es que vivimos en una sociedad analfabeta en términos de género y diversidad. Faltaría agregar: lxs adultxs de esta sociedad hemos crecido sin herramientas emocionales. Somos, también analfabetos emocionales. Y estamos intentando aprender, educarnos, para tener cómo nombrar lo que nos daña y también lo que nos da vida. Como señaló ese día uno de los panelistas que dio su testimonio: las etiquetas nos separan, es cierto, pero hay un momento en que necesitas poder ponerte un nombre a tu vivencia para poder comunicarla (“soy trans”), y también para sentirte parte de una comunidad, de algo más grande. Poder nombrar es un primer acto reparador, y es un acto que hace posible la comunicación.
Llevamos más de 50 días de “estallido social” en Chile (tampoco hemos logrado ponerle un nombre a este período, y empleamos eufemismos como “lo que está pasando” o “la contingencia”). Lo que aquí me interesa destacar es: este período ha sido angustioso en muchos sentidos, pero nos hemos reencontrado en el diálogo. Hemos vuelto a mirarnos y a hablar de lo que tenemos en común, de lo que nos da miedo, de lo que imaginamos. Son los espacios de diálogo los que le han dado sentido a esta crisis, y al mismo tiempo han sido el principal recurso protector para plantar cara al agobio.
Entonces: el diálogo no es trivial. Y si no ocurre de forma natural, espontánea, hay que construirlo.
Rocío Faúndez García
Directora Social | Fundación Todo Mejora Chile.