PRAIS realizó un exitoso taller llamado “Garabatos terapéuticos” enfocado en vivencias de las usuarias pertenecientes al programa
Una verdadera catarsis artística fue lo que vivieron las usuarias del Programa de Reparación y Atención Integral en Salud y Derechos Humanos (PRAIS) gracias al taller “Garabatos terapéuticos”, impartido por la educadora de párvulos Nancy Minder, también usuaria del programa, quien fue la responsable de enseñar a las asistentes a conectarse con sus emociones a través del dibujo.
Una vez terminado el curso, la profesional de la pedagogía explica que “con el taller pudimos retratar diferentes procesos emocionales y existenciales a partir de lo que cada participante sentía en cada sesión, de acuerdo a sus vivencias y experiencias. Me permitió conocer personas interesadas en aprender cosas nuevas para su desarrollo individual, sin importar la etapa de la vida en la que se encuentran. Personalmente, aprendí de todas y cada una de ellas. Además, me permitió reconectarme con lo que siempre ha sido mi vocación: enseñar de manera colaborativa. Agradezco a PRAIS por haberme dado el espacio”.
La psicóloga, integrante del PRAIS, Maritza Riffo González, quien participó como profesional de apoyo, profundiza un poco más en el contexto del curso, indicando que “se llama garabatos a los dibujos formados por formas, figuras o trazos que realizamos cuando hablamos por teléfono, estamos escuchando a alguien en una reunión o si estamos aburridos, dando cuenta así de nuestra capacidad disociativa mental. Estas figuras tienen un significado, además de mejorar la memoria, atención y concentración. Los garabatos son señales del inconsciente que pueden expresar nuestro estado de ánimo, angustia, rabia, alegrías y preocupaciones, entre otros”.
Las usuarias quedaron muy satisfechas con el curso, un ejemplo de ello es el testimonio de María Elizabeth Valenzuela quien señaló que “me gustó mucho participar, porque al llegar me relajaba y después me concentraba en lo que hacía, servía para pensar solo en eso y como que lo demás no importaba mucho. Los trabajos se veían bonitos. Los movimientos y dibujos tenían un objetivo y así supimos para qué servían, qué expresaban, como por ejemplo cuando se está cansada, muy estresada, para relajarse o cuando se tiene una crisis”.