Más de 8 mil personas de todas las comunas del país fueron parte de Tenemos que Hablar de Chile, un proceso de participación ciudadana digital único en el país. Estos nuevos hallazgos se suman a los presentados por los rectores Vivaldi y Sánchez en enero pasado
Tras ocho meses de trabajo y miles de diálogos digitales, Tenemos que Hablar de Chile —la plataforma de conversaciones y participación ciudadana de las universidades Católica y de Chile— dio a conocer nuevos resultados que surgieron de las conversaciones en las que participaron más de 8 mil habitantes provenientes de las 346 comunas del país, quienes se reunieron por videollamada, y sin conocerse entre sí, para hablar del Chile que cada uno y cada una quiere.
Se trata de cuatro hallazgos que se complementan con los seis anteriores que fueron dados a conocer por los rectores Ignacio Sánchez y Ennio Vivaldi en enero pasado ante la sociedad civil y las autoridades. En las conversaciones, los y las participantes respondieron preguntas en relación a qué mejorar, cambiar y/o mantener del país y cómo cada uno podría contribuir a ello.
En esa línea, el primer nuevo hallazgo trata sobre la ética pública que surge como un elemento unificador. La ciudadanía desea verla expresada tanto en las normas de la convivencia en sociedad como en el trato del Estado, y en el comportamiento de las autoridades y figuras políticas. “Que hagan la pega” o “que no se roben la plata” son algunas expresiones dichas por los y las participantes y que dan cuenta del deseo de establecer pisos mínimos en el servicio que otorga el sistema político.
El segundo nuevo hallazgo se refleja en un fuerte deseo de la ciudadanía por participar más y mejor. Los participantes lo consideran como un deber y un derecho. En este punto, surge una mirada de vigilancia, que, en la práctica, se traduce en seguir de cerca el trabajo y el accionar de los representantes electos popularmente y de quienes tengan cargos públicos. Se observan dos dimensiones de esa vigilancia: la primera está relacionada a vigilar el mérito de quienes ejercen cargos públicos y de representación, y la segunda alude a vigilar la conexión de la política con la realidad de las personas.
Un tercer punto que aparece está relacionado con el funcionamiento de las instituciones. Las personas no conversan acerca de lo nuevo imaginando instituciones que hoy no existen, sino mejorando las que hay, con un fuerte anhelo de que dichas instituciones funcionen para todas las personas, especialmente para quienes se encuentran en mayor vulnerabilidad. Dicho cambio traería como consecuencia una estabilidad en los proyectos de vida de las personas, sobre todo en las áreas de educación y salud, que fueron las más mencionadas por los y las participantes.
Si bien la mayoría de los hallazgos se centran en qué cambiar o mejorar del país, también existen ideas en torno a qué mantener. Ante esa pregunta aparece el cuarto resultado: la empatía como parte de la identidad nacional. Los y las participantes perciben a un país que es resiliente, que se levanta ante la adversidad, y a una sociedad que es solidaria, capaz de conectar con el sufrimiento de otros y movilizarse por ello.
Valentina Rosas, subdirectora de Tenemos que Hablar de Chile, señala que “existe una crítica profunda pero también la necesidad de no echar todo abajo, sino más bien de subir el estándar: más participación, mejores relaciones sociales, instituciones que funcionen. Esas demandas no nacen de un anhelo etéreo sino de la experiencia real del impacto que estas tienen sobre la vida”.
Con estos nuevos resultados se cierra el primer informe, compuesto en total por diez hallazgos que emanan de los anhelos e inquietudes de miles de habitantes que participaron en las conversaciones por videollamada. Toda esa información será parte de una serie de documentos entregables a las autoridades para incidir en el diseño de políticas públicas, tomando como base lo que dijo la ciudadanía y así contribuir a los procesos de cambio que se avecinan.
Puedes revisar los resultados en la página web de Tenemos que Hablar de Chile, aquí.