Cuando la prensa recién se enteraba que Matías Belmar sería el único hombre en busca del gol ante Universidad de Chile, las dudas se sembraron de inmediato en Rancagua
Eduardo Palacios, director del programa deportivo Los Protagonistas, situado en el acceso del estadio El Teniente, construyó una breve pero potente encuesta entre los hinchas. ¿Con qué delantero sale hoy O’Higgins?, y la respuesta generalizada fue: “al menos con dos hombres en punta”.
Obviamente el 99% de los asistentes cayeron en el error y se sorprendieron ante la determinación “extraña” del técnico De Muner. Transcurridos los minutos y ya en el análisis de comentaristas y relatores, arrecieron las dudas y los miedos. Coincidencia o no, todos reunieron su debate en torno al despliegue defensivo del equipo y el temor desmesurado frente al débil visitante.
Si bien los “Celestes” fueron superiores en grandes pasajes de los primeros 45 minutos, esa presión y tenencia exagerada del balón, no rindió frutos para convertir en la portería contraria. Pero aquel resumen, está repleto de detalles que dan cuenta de un “desorden” táctico. A saber; juntar y hacer chocar a tus volantes en medio terreno (en 15 metros) es improcedente. Que Fabián Hormazábal sea extremo o lateral derecho, nunca se definió.
Nadie comprendió con absoluta convicción la salida de Matías Donoso y la no citación de Juan Fuentes (¿algo pasó o no?), lo cierto es que este tipo de decisiones destempladas sin un argumento sólido sobre la mesa, me hacen recordar tiempos pretéritos tristes, donde el ex entrenador de O’Higgins, Mariano Soso, nos enredaba la mente con frases metafóricas, melosas y complejas.
Desde estas humildes líneas, le pido a De Muner, que siga construyendo su propio camino, que retome el ímpetu y ganas de los primeros partidos y no regrese al pasado nefasto que solo subsistió de promesas. Ah y O’Higgins lo perdió frente a la “U”, saquen ustedes su conclusiones de quien fue la responsabilidad.