Era un final más que anunciado e infeliz. La salida del técnico de O’Higgins, no solo tiene relación con sus propias nulas capacidades, sino también con una estructura institucional, corroída por representantes de humo, verseros y nefastos para el fútbol nacional.
Si Azconzábal llegó a Rancagua, fue porque “alguien” lo trajo desde el último lugar en la tabla de posiciones en Perú. Ese oscuro personaje, que no tiene cara ni voz pública, encontró en este entrenador, el puente para continuar llenando sus bolsillos, a cambio de la ilusión inocente de hinchas que claman justicia.
Nadie sabe con certeza por qué solo argentinos poseen la destreza para liderar proyectos de seis meses y luego partir del Monasterio con exuberantes indemnizaciones. ¿Se alimentan más bocas en cada pasada?. Nada es coincidencia en las transacciones y cada millonario pisoteó a otro para llegar a la cúspide.
Juan Manuel Azconzábal es solo la punta de un negocio perverso, que reparte ganancias impensadas e infinitas, jugando en cascadas que hacen “chorrear” billetes verdes por doquier. Aquí los culpables están dentro y fuera de la institución, incluidos los “asesores externos”, que inventan empresas fantasmas para mover profesionales de un país a otro.
Cuando creíamos que las “encerronas” no ocurrirían en nuestra ciudad, abrimos los ojos en una tarde de domingo fría y nos dimos cuenta que el asalto cobarde y a mano armada, estaba frente a nuestros ojos. Los asistentes, al menos, lograron rescatar su dignidad, antes de arrancar de los malhechores que caminan descalzos y libres por el estadio El Teniente.
¡Fuera Azconzábal y fuera todos aquellos y aquellas! que llevaron al club de mayor credibilidad, a una crisis de ingobernabilidad total y absoluta. Nunca será tarde para volver a empezar, pero es requisito copulativo, que sea con las manos limpias y la frente en alto.
O’Higgins no merece lo que le están haciendo, porque fuimos pobres, humildes y casi fallecemos. Sin embargo, eso jamas podría ser argumento para humillarnos y pisotearnos en el suelo. Aquí hay mandos medios que deben respuestas; otros que ojalá se vayan por la puerta de atrás; y los menos, que sostengan el “fierro caliente”, que ellos mismos pusieron en las brasas del fuego.
Se acabó el ciclo que anunciamos había extinguido el 2023, pero como nadie lee, nadie escucha los programas deportivos y mucho menos estrechan relaciones con los hinchas, la “burbuja de elite” una vez más les reventó en la cara, tal como en las últimas siete temporadas. ¡Menos magíster y viajes al extranjero. Les falta calle!.
Ahora vendrá el próximo de turno, uno más a la lista. “Ten piedad de él y que Dios te pille confesado”.