
Cuando los hinchas reaccionan y unen sus cuestionamientos, el argumento se detecta por sí solo. Las redes sociales están inundadas de certezas sobre un partido que todos vimos, pero que al interior de O’Higgins, nadie asume
Ante la “U” sobraron alternativas y escasearon decisiones para determinar el futuro. El esfuerzo dirigencial para consolidar un plantel de “cierto” nivel, se esfuma y transforma inocuo, por el solo hecho de mantener a un técnico tibio, mezquino, que juega a esperar y no atacar.
Nadie dijo que frente a los “Azules” el partido sería chutear y abrazarse, pero tampoco que los cambios para renovar fuerzas y buscar el triunfo, vendrían en el minuto 84. En ese escenario de abandono, que incluso debe molestar a los propios futbolistas, el equipo no dio el ancho para traerse, al menos, un empate.
Sin positivas ideas claras, es complejo absorver un terreno repleto de adversidades, creadas por la misma cabeza que guia el proyecto 2024. El camino vuelve a ser tortuoso y pedregoso, aun cuando la inversión se hizo y el empuje para salir de la modorra se hizo visible.
Hay que resolver la política, revisar los procesos a seguir, porque mientras Sarrafiore, Rabello y compañía estiran, hay otros que desde la banca tiran. No se entiende la continencia al llamado del éxito, con el plantel más rico de los últimos años.
Son cinco fechas de análisis profundo, que rememora pasados críticos sin vuelta atrás. Aún es tiempo de enmendar la senda o cambiarla de raíz, porque ahora las exigencias son distintas y las tareas van más allá de salvarse del descenso. ¡Ojo!, que las horas pasan y segundero transita sin obstáculo.