Al parecer las negociaciones no fueron fáciles. Hubo tirones de mantel y exigencias por cumplir
Algunos hablan de jugadores exonerados, no solicitados y otros de limpieza de camarín. Lo cierto es que nadie sabe con certeza la verdad de los hechos, pero ante la ausencia de comunicación, surge el proceso de “rumorología vende humo”, ocasión propicia para construir escenarios ficticios, que en nada colaboran y solo confunden.
Luego de varias jornadas sin noticia, hace solo una semana atrás se confirmo la renovación del técnico Dalcio Giovagnoli, principal gestor de renacer “Celeste” en la temporada pasada, el hombre que vino de las tinieblas para rescatar al mal equipo conformado por Graff, que ahora, “sin pelos en la lengua”, anda cahuineando con bajeza a sus ex dirigidos.
¡Ahora sí comienza la era Dalcio!, sin contratiempos ni obstáculos invisibles que entorpezcan el camino prístino que desea construir. Con la humildad que lo caracteriza, se posicionó para reiterar el concurso de su “talón de Aquiles”, compuesto por Cahais, Acevedo, Alarcón, Fernández y Castro. Resta mejorar la oferta por Batalla para asegurar al piquete de choque, sobre el cual se cimenta un diseño ya establecido e ideado con pasión, que evite transitar con debilidad hacia la zona de descenso, tal como el año 2020.
Es una nueva etapa, que siempre florece con la ilusión quinceañera de situarse en los puestos de avanzada, que conduzca a una copa internacional sin llorar migajas de goles ni puntos perdidos en cotejos de fácil resolución, que terminaron en tristes episodios que ya nadie quiere recordar.