Está bastante bien documentado de que un estilo de vida activo es un factor protector contra las enfermedades no transmisibles y que la disminución de la actividad física podría tener un impacto negativo en el manejo de los problemas de salud crónicos, así como en condiciones metabólicas, pulmonares y de especialidad médica
Mantenerse activo es una de las vías más eficaces para promover la salud física y mental, y lo que es fundamental bajo el contexto actual, reforzar el sistema inmune. Diversas condiciones médicas que aumentan el riesgo de desarrollar covid-19 grave pueden ser mitigadas gracias a ella. Asimismo, debemos tener presente que la inactividad se asocia a muchas condiciones de salud como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, fracturas, demencia e incluso ciertos tipos de cáncer. También a una mayor incidencia de ansiedad y depresión.
El covid-19 ha afectado gravemente nuestra salud psicológica y física, especialmente en las personas con mayores factores de riesgo y ejercitarse contribuye tanto a la prevención de sus síntomas como a su tratamiento. En términos generales se recomienda la realización de actividades cardiovasculares como caminar, subir escaleras, trotar o correr. Además, actividades relacionadas con el fortalecimiento muscular.
Su intensidad y frecuencia está asociada, entre otros factores, a la edad de la persona. Por ejemplo, los adultos deben hacer ejercicio con una frecuencia de 2 a 3 veces por semana abarcando como mínimo 150 min con intensidad moderada, o 75 min semanales de intensidad alta. En adultos mayores adicionalmente se recomiendan ejercicios de equilibrio. Los adolescentes o niños preescolares deben realizar entre 60 y 180 min con intensidad moderada.
Es importante considerar que, aunque se han disminuido las medidas restrictivas, el virus del covid-19 sigue presente. La mayoría de las personas que desarrollan la enfermedad se recuperan completamente; sin embargo, entre un 10% a 20% experimentan diversas complicaciones a mediano y largo plazo después de recuperarse del cuadro inicial. Por esta razón, el reintegro a la actividad física y/o deportiva debe ser gradual y supervisado por profesionales especialistas.
Teniendo en cuenta la evidencia actual, los ejercicios aeróbicos y ejercicios de fuerza son los más indicados para personas convalecientes de covid-19. Según estudios, ejercicios como caminar o pedalear, deben realizarse por aproximadamente 30 min por sesión, preferentemente combinados con ejercicios de fuerza con una frecuencia de 3 a 5 veces por semana. En todos los casos, la intensidad y el volumen deben ser graduales y progresivos durante el programa de entrenamiento y siempre considerando la tolerancia del paciente.
Cada uno, en su medida, debe buscar la forma de avanzar hacia estilos de vida más saludables.