Los poetas son de los seres con mayor sensibilidad que existen, y también con una extensa capacidad de ver, de anticiparse a muchas realidades.
Todo lo dicen, lo señalan a través de la palabra. Por esa virtud de ver …, por esa razón en propiedad y por origen, por etimología al poeta se le llama vate ( del latín ‘ vates ‘, adivino ). El poeta por lo mismo es un creador, un anunciador, un vaticinador. Adivino se le ha llamado también.
Genéricamente a diversos artistas – pintores, músicos y a otros – por su genialidad creadora se les nombra asimismo poetas.
Desde inmemoriales tiempos la historia humana registra nombres de poetas que crearon en las más diversas latitudes registros, expresiones de sus épocas. En esas manifestaciones hay pensamiento, sensibilidad, concepción de mundo, belleza.
El mencionado creador por oficio incursiona en áreas, en escenarios y en dimensiones de la realidad y de la imaginación que el común de los mortales no divisa, así, el artista es un hallador … que con su obra descubre, señala, indica caminos.
Se acostumbra decir y referir que el poeta es quien en rigor escribe sólo versos, no es así. Es poeta el gran novelista que escribe en prosa, el dramaturgo. Sucede que el verso es la forma más propia, clásica de ese artista de la palabra. Definir poesía hasta hoy no es tarea fácil. Notables poetas universales ante la pregunta ¿ qué es poesía ? han contestado ‘ no sé ‘, entre otros Pablo Neruda. Tal vez indicar que poesía es invención edénica, pero también engendro infernal y, en una sílaba es posible hallarla.
El bardo, otra forma de llamarlo, es el que desplaza su mirada interior hacia los abismos y los laberintos de los seres para descifrar sus misterios, sus enigmas. Así, se ha dicho, la poesía es exploración, en ella hay signos de la ciencia, de la filosofía. Cuando alguien quiere decir y significar con palabras, con imágenes y con certezas una idea, una verdad, un sentimiento y no halla el modo de expresarlo con la claridad, con la profundidad y la belleza deseada acude al auxilio del vate.
Fue nuestro Vicente Huidobro quien dijo que ‘el poeta es un pequeño Dios’. La poesía es desobediente, irreverente, rebelde, insurrecta, y quien la crea también lo es. Innumerables genios de la palabra así dicha en el mundo han sido objeto de persecución, de castigo, de represión por ser creadores, pensadores de alto vuelo.
El rótulo de este artículo está tomado del inicio de un verso del poeta español Fray Luis de León ( 1527 – 1591 ). Han transcurrido algunos siglos de ese creador – monje de la Orden de los Agustinos – y de su universal poema, oda ‘ Vida retirada ‘. Una estrofa : » Del monte en la ladera / Por mi mano plantado tengo un huerto / Que con la primavera / De bella flor cubierto / Ya muestra en esperanza el fruto cierto «. Se puede decir que el vate en esos siglos ya era un ecologista, un sembrador de mensajes de esa filosofía. También fue un cuestionador de poderes, de verdades fijas. Convocó a huir del mundanal ruido: ‘ Un día puro, alegre, libre quiero ‘. Postuló la vida sencilla : ‘ A mí una pobrecilla / Mesa de paz bien abastada / Me baste….’. Condenó la lengua lisonjera, y con ironía a los obsesivos del efímero poder : » Y mientras miserable – / Mente se están los otros abrazando / En sed insaciable / Del no durable mando / Tendido yo a la sombra esté cantando «.
Fray Luis de León fue educador, uno de ‘ los pocos sabios que en el mundo han sido’, defensor de herejías …, y que permaneció durante cinco años en prisión.