Mediante el apoyo de FIA, vitivinicultores de la región de O’Higgins consiguieron agregar valor e impulsar la producción de vinos patrimoniales del Valle de Colchagua hacia el mundo
Uno de los lugares reconocidos a nivel nacional por la producción de vinos es la zona de Colchagua, en la región de O’Higgins. Utilizando esta atractiva característica, un grupo de 19 pequeños viñateros quiso darle valor agregado a su actividad productiva, y de la mano de la asociación Red del Vino, lograron insertar sus productos patrimoniales tanto a nivel local como internacional.
Es así como bajo la marca Campesino de Colchagua, lograron exportar y comercializar parte de su oferta de vinos en Bélgica, Holanda e Inglaterra. Obteniendo además importantes premios como el Internacional Test – Aankoop, Campesino Chardonnay 2019, en la categoría como el mejor de Sudamérica. Sumado al premio Medalla de Oro, por el vino Petir Verdot en el Concurso Catador Wine 2019.
La iniciativa —impulsada por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y financiada por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de O’Higgins— se basó en un trabajo colaborativo, entregando conocimiento específico y generación de transferencia tecnológica hacia los productores, logrando pasar de ser productores de uva a embotellar su propia cosecha.
Para el representante macrozonal de FIA en la región de O’Higgins, Robert Giovanetti, “este proyecto ha tenido un gran impacto, ya que pudimos agregar valor al trabajo de este grupo de pequeños agricultores, dotándolos con herramientas y estrategias para la comercialización de sus vinos, dejando atrás la producción a granel y dando paso a su embotellamiento, lo que ha sido clave para lograr una mayor rentabilidad”.
Al respecto, el coordinador del proyecto, Rodrigo Valenzuela, valoró los buenos resultados de esta iniciativa. Sin embargo, destacó otro factor que considera fundamental a la hora de mantener el éxito en el tiempo. “Esta iniciativa también nos ha permitido enfrentar una de las principales brechas en la agricultura familiar campesina, como lo es el traspaso generacional, los jóvenes del campo no quieren seguir siendo productores de materia prima, pero si quieren ser parte del desarrollo de productos con valor agregado, bajo una marca que los identifique como familia”, comentó.
Para Gerardo Orellana, productor de El Huape (Nancagua) este proyecto los ayudó a alcanzar una mayor relevancia en el sector vitivinícola. “Pudimos mejorar la calidad de los vinos, a través de las asesorías y procesos, y adquirir implementos que eran realmente necesarios para avanzar, destacando siempre la tradición en nuestro trabajo”.
Joaquín Arriagada, SEREMI de Agricultura de O’Higgins, dijo estar muy feliz ante el crecimiento profesional de estos productores, “los conozco a todos, la Red del Vino es una de las asociaciones con que impulsamos la nueva Vendimia Campesina del Valle de Colchagua, llevamos años trabajando con ellos, y en lo personal, incluso desde cuando me desempeñaba en el programa Prodesal de Santa Cruz, y ahora desde la SEREMI hemos seguido por el mismo camino, así que feliz de acompañalos en todo este recorrido”, recordó la autoridad del agro.
Si bien, los últimos acontecimientos han llevado a suspender actividades, vendimias y exposiciones, se espera que la producción de vinos para este año sea de 50.000 litros. “Dentro de nuestra de organización queremos seguir sumando productores e insertarlos en mercado enológico, con lo que buscamos ampliar la gama de productos en este rubro y potenciar la agricultura de nuestra zona”, señaló el coordinador, Rodrigo Valenzuela.