El alcalde de la comuna de Graneros, Claudio Segovia Cofré recibió Dagoberto Paredes, padre de Jorge, niño de seis años que padece del síndrome de regresión caudal
El padre viene caminando desde El Salto del Laja con el propósito de reunirse en el Palacio de La Moneda con el Presidente de la República, Gabriel Boric, para hacer entrega de una carta solicitando una pensión de gracia para su hijo.
“Vengo caminando hace nueve días para ver si el Presidente Gabriel Boric me puede dar una pensión de gracia digna para mi hijo para poder disfrutarlo el tiempo que le queda, y para ayudar a muchas familias que están pasando por mi caso, de tener hijos con enfermedades catastrófica. Si bien tenemos una pensión, no es suficiente porque en pañales se va mucho, traslado, remedios, etc.”, le dijo Dagoberto al alcalde de Graneros.
El síndrome de regresión caudal afecta a la parte baja de la columna, impidiendo el uso y crecimiento de sus piernas, afectando también su crecimiento y sistema digestivo y renal. “No me di ni cuenta cuando pasé Rancagua. Vengo agotadísimo, pero con la convicción de que sé que estoy representando a miles de familias. Espero que el Presidente me tome en cuenta. Se debe legislar sobre estas enfermedades, que los proyectos no descansen en el Parlamento”, enfatizó Paredes.
“Jorge además tiene un cáncer de próstata, que le detectaron hace siete meses. Por ello quiero agradecer a todas y todos los que me han visto en la carretera y me han ayudado y entregado su apoyo. A usted alcalde por recibirme para visualizar mi caso”, culminó el padre de Jorge.
Por su parte, el alcalde Claudio Segovia Cofré dijo que “en nombre de la ciudad, agradezco que se haya tomado el tiempo para pasar a vernos y contarnos su caso. Cuente con nuestro respaldo. Somos una ciudad pequeña, y tenemos casos similares. Este testimonio que da es importante porque muchas veces las autoridades se olvidan de los intereses reales de la sociedad, y se dedican a hacer leyes para unos pocos, como por ejemplo a declarar el trompo como juego nacional, normas que no son relevantes y trascendentales. Lo felicito porque pocos papás están dispuestos a jugarse la vida por sus hijos”.