El diagnóstico busca generar nuevos conocimientos que influyan en la mitigación de los efectos provocados por el cambio climático con el fin de sostener la biodiversidad acuática de la región y del país
Por primera vez en Chile, se realiza un muestreo intensivo de la calidad del agua en la Región de O’Higgins, abarcando todo el recorrido de la cuenca Rapel, desde los glaciares en la cordillera de los Andes hasta su desembocadura en el Océano Pacífico.
La académica del Instituto de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales ICA3 de la Universidad de O’Higgins (UOH), Morgane Derrien, lidera este ambicioso proyecto que busca generar una «fotografía» precisa sobre la salud de los ecosistemas acuáticos de este continuo fluvial, que ya vienen experimentado transformaciones significativas debido a los embates del cambio climático.
Reservorio planetario
La científica señala que, si bien “el objetivo es el de generar un mapa de salud ambiental y de riesgos acerca de la calidad del agua”, uno de los aspectos centrales del proyecto consiste en la evaluación del flujo de carbono a través de los ecosistemas acuáticos, siendo un elemento esencial para la vida, que -además- juega un papel crucial en el mantenimiento de este ciclo, e intercambio entre el carbono disuelto en el agua, los ecosistemas terrestres y el carbono de la atmósfera.
“Este enfoque permitirá identificar cómo las comunidades microbianas transforman la Materia Orgánica Disuelta (MOD), cómo ésta influye en su composición y funcionalidad, y cómo estos procesos varían en el espacio y el tiempo; y por fin informarnos sobre la calidad de nuestros ecosistemas acuáticos. En este sentido, nuestra investigación se centra en analizar la materia orgánica presente en el agua, ya que es uno de los mayores reservorios de carbono del planeta y un factor clave para el funcionamiento de las redes alimentarias acuáticas de la región y del país», asegura la académica.
Además, el proyecto, según explica Morgane, aborda la problemática de la contaminación por nutrientes en exceso, producto de actividades humanas que vienen afectando la cantidad y calidad de la materia orgánica en el agua, lo cual termina siendo un factor determinante para la salud de los ecosistemas y su capacidad para sostener la biodiversidad.
Ciencia, comunidad y futuro sostenible
Por otro lado, la científica sostiene que esta evaluación en aguas superficiales en la Región de O’Higgins se encuentra a flote gracias al apoyo de la organización de turismo local “Glaciares de Colchagua”, quien facilitó el acceso al equipo de investigación UOH al glaciar Universidad, como punto de partida para el estudio. “Asimismo, la Municipalidad de Navidad y las comunidades locales han facilitado el muestreo en la desembocadura del río mediante el uso de embarcaciones, demostrando que la cooperación entre ciencia y sociedad es clave para el éxito de iniciativas de esta magnitud. De allí que este diagnóstico no solo busque hacer aportes al conocimiento científico, sino también promover una colaboración participativa entre la comunidad científica y la sociedad”.
Para la biogeoquímica, este innovador proyecto -único en el país- no solo pone en relieve la importancia de proteger los ecosistemas acuáticos, sino que también subraya el papel de la investigación científica frente a los desafíos que trae consigo el cambio climático, en aras de asegurar un futuro sostenible para las comunidades y los recursos naturales.