Darinka Amaya Ravello, enfermera del Programa Infantil del Hospital de Mercedes Chimbarongo, detalla la importancia del seguimiento constante de la salud del paciente pediátrico en sus primeros 9 años
El Programa Nacional de Salud de la Infancia tiene como propósito contribuir al desarrollo integral de niños y niñas hasta los 9 años, en su contexto familiar y comunitario, a través de actividades de fomento, protección, prevención, recuperación de la salud y rehabilitación, que impulsen la plena expresión de su potencial biopsicosocial y mejor calidad de vida.
Darinka Amaya Ravello, enfermera del sector verde, es referente del Programa Infantil en Hospital de Mercedes Chimbarongo, programa que está a cargo de la Dra. Ximena Espina González.
“Las enfermeras de los distintos sectores del policlínico (verde y azul) somos quienes estamos a cargo del control del niño sano, teniendo un seguimiento mensual y luego anual, o según la necesidad del paciente pediátrico. Se aplican diferentes pautas que están establecidas por el Ministerio de Salud, y si uno pesquisa alteraciones, se deriva a los distintos profesionales de nuestro establecimiento o al centro asistencial de referencia que es el Hospital de San Fernando”, puntualizó Darinka.
La relación con los migrantes ha sido un tema sustancial en Hospital de Mercedes, y no ha quedado indiferente para el programa infantil. En ese sentido, “ha sido diferente, principalmente por el idioma. Tenemos algunos traductores que son los mismos pacientes que entienden mejor el español y que nos dejan sus números de teléfono para llamarlos en caso de ayuda, pero igual contamos con algunas herramientas para poder establecer diálogos y explicarle cómo funcionan los controles y el programa. Lo que si le pedimos a los profesionales, es que toda indicación que le entreguemos la escriban en creolé, ya que es más fácil recordarla para ellos”.
Un trabajo con un equipo multidisciplinario
Como la atención del niño o niña se realiza mes a mes (en sus primeros seis meses), hay profesionales que apoyan significativamente en la atención: “las matronas controlan durante los primeros 10 días, si existe alguna alteración es derivado a un médico o nutricionista. Y como ambos sectores (verde y azul) son espejo, cada uno cuenta con un médico, matrona, enfermera, nutricionista, que frente a cualquier eventualidad realizan la prestación; también se suma el servicio dental, psicólogos, terapeutas ocupacionales, etc. Es una red completa de trabajo”.
Tal como se mencionó anteriormente, “el programa infantil abarca desde los 0 a los 9 años. Pero si el padre o madre considera que el pequeño tiene algún problema extra fuera del control rutinario, puede venir al hospital sin mayores inconvenientes, solo debe pedir la hora en su sector correspondiente”, enfatizó la profesional, haciendo alusión a la constancia que debe existir en los controles rutinarios.
El seguimiento del paciente pediátrico inicia desde la primera infancia (recién nacido); “los primeros seis meses debe venir a controlarse tanto con la matrona (DIADA, o sea los primeros 7 a 10 días de vida); después se realizan atenciones mes a mes con el médico, enfermera y/o nutricionista, donde se le aplican diversas pautas según la edad, se chequea el peso y la talla; y desde el sexto mes lo ve la enfermera cada vez más separado en tiempo, hasta los dos años. Luego, los controles se realizan de forma anual hasta los 9 años; pero si el niño está por ejemplo con sobrepeso, no recibirá una atención anual, sino que será proporcional a lo que la nutricionista considere necesario”, finalizó Darinka Amaya.