La entidad que cuenta con el Sello Chile Inclusivo 2018, tendrá el 1% de dotación de colaboradores con discapacidad, convirtiéndose en una de las primeras empresas en cumplir con la Ley de inclusión Laboral
“No basta con querer ser inclusivo o parecerlo, sino que todas las áreas deben articularse bajo esta mirada, pues estamos convencidos que la diversidad e inclusión atraen mayor talento, logrando un mejor lugar para trabajar. Nosotros no contratamos discapacidad, sino que personas con capacidad y talento”. Con este mensaje, Nelson Rojas, Gerente General de Caja Los Andes, anunció el cumplimiento de la Ley de Inclusión Laboral por parte de la institución a partir de abril de 2018, mes en que entró en vigencia la Ley de inclusión Laboral.
Esto se enmarca bajo el programa Más Inclusión que Caja Los Andes desarrolla desde el año 2013, cuyo principal objetivo es generar prácticas organizacionales que promuevan una cultura inclusiva, tanto para los afiliados, como para sus colaboradores y proveedores, sobre la base del valor de la diversidad.
De los más de 3 mil trabajadores con los que cuenta la entidad de Arica a Porvenir, incluida Isla de Pascua, 32 personas tienen alguna discapacidad. Ejemplo de ello es Daniela Carrasco, de 33 años, abogada que nació con un 50% de visión, hecho que se fue agravando con el paso de los años, hasta que perdió la visión definitivamente, cuando cursaba segundo año de Universidad.
Pese a ello, perseveró y continuó estudiando con la ayuda de su madre en primera instancia, quien le leía las materias, para luego ella misma ir grabando las clases. Así pudo avanzar dando todos los exámenes de forma oral. Finalmente, logró titularse y, posteriormente, se enteró que Caja Los Andes era una de las empresas abiertas a la inclusión. Postuló y desde enero de 2018 trabaja como parte del equipo de abogados de Fiscalía.
“Ha sido un tremendo desafío, aquí he encontrado no sólo la oportunidad de aportar como profesional, sino que también cuento con las facilidades para poder desempeñarme como cualquier otra personas, sin diferencias”, explica la joven abogada.
Claudio Hansen, en tanto, trabaja como Analista de Riesgo Operacional desde el año 2013. Estudió auditoría, tiene 54 años y un hijo de 14. Claudio perdió ambos antebrazos en un accidente que tuvo a los cuatro años, cuando por curiosidad tomo un transformador de alta tensión.