Hace mucho no escribo y quiero darme el gusto de esparcir ideas inconexas y lugares o frases comunes (con permiso del diario y del amable lector)
1.- Usted al igual que yo escucha diariamente frases sobre lo alarmante que es constatar noticias sobre empresarios y políticos corruptos, el terrorismo, la delincuencia común y la de cuello y corbata, que no tienen parangón en la historia del país, etc. y etc.
Pero lo cierto es que si uno toma un diario del año 1967, 1917 o 1867 le parecerá que la prensa dice lo mismo. (Parafraseando a Silvio)
Quien no conoce la historia tenderá a pensar que todo es nuevo y terrible. Pues no es así, el año 2017 es una taza de leche a pesar de todo comparado a la luz de los últimos 207 años de vida republicana.
2.- Antes de que se me acuse de conformismo, (con justa razón) me permito otra vía de razonamiento evidente. El origen de la delincuencia y la corrupción en Chile, antigua como la bandera, pues es sencillamente cultural. Somos una sociedad deshonesta habitada por pillos, bandoleros y rateros. El famoso alarde de la “astucia del chileno” nos tiñe todas las castas, clases y décadas. El 30% de los santiaguinos que usa el Transantiago no lo paga, es la tasa de evasión de transporte público más alta de mundo.
3.- Luego los empresarios, los abogados, los congresistas, médicos o contadores del país tendrán alguna tasa de sinvergüenzas en su respectivo gremio que es simplemente un espejo de lo que Chile es, no hay más gente honesta o deshonesta en el gremio de los empresarios del fútbol que en las iglesias chilenas.
4.- No somos la sociedad más corrupta del mundo, ni de Latinoamérica – nunca lo hemos sido ni lo seremos – estamos allí en la media mundial – por lo que no hay que creerse tampoco el cuento de que somos los mejores, ni los peores.-
- Así como el 70% de los santiaguinos paga su pasaje en el Transantiago, existe también un 70% de políticos, empresarios, profesionales y ciudadanos que son honestos y practican sus valores – créalo – ya que si no fuera así, esta país habría explotado por los cuatro costados. Ninguna sociedad (en especial la nuestra) soportaría mayores niveles de corrupción o delincuencia.
6- El problema de la corrupción y la delincuencia por lo tanto (obvio) es cultural, surge de la familia que es laxa e irresponsable en la educación de valores a sus hijos (que cree que mentir, copiar en los exámenes, hurtar a veces y hacerle bullyng a otros niños es parte de la naturaleza de las cosas) y por eso es que estamos condenados a replicar las portadas de la prensa en los próximos 50 y 100 años. Por ello también ninguna norma legal, llámese agenda corta antidelincuencia; ley Emilia; Ley Joaquín o similar, tendrá ningún efecto sobre esa realidad.-