La conmemoración de esta fecha pone sobre la mesa la relevancia de estos sitios ricos en biodiversidad, además de cómo afrontar en el futuro la preservación de estos espacios
Los humedales son ecosistemas únicos y complejos que se encuentran en todo el mundo, estos incluyen pantanos y marismas, así como también otras superficies cubiertas de agua de origen natural o artificial, que evidencian períodos permanentes o temporales de presencia de agua y que se pueden extender desde las costas hasta regiones interiores. Estos ecosistemas están formados por una combinación de agua, suelo y vegetación, y albergan una gran variedad de formas de vida, desde organismos microscópicos hasta plantas y animales adaptados a vivir en condiciones de presencia de agua.
De allí su importancia, por lo que este 2 de febrero se celebre el Día Internacional de los Humedales y la Región de O’Higgins no está ajena a esto, al mantener tres humedales declarados como humedales urbanos bajo la ley 21.202: Petrel en Pichilemu, Bucalemu en Paredones y La Vega de Pupuya en la comuna de Navidad.
«Los humedales son verdaderos reservorios de vida y servicios ecosistémicos esenciales. Desde su papel clave en la regulación hídrica y el almacenamiento de carbono, hasta su capacidad para albergar una biodiversidad única, estos ecosistemas requieren acciones urgentes y sostenibles para garantizar su protección. En la Región de O’Higgins, humedales como Petrel, Cahuil, Llallauquén, Las Juntas y San José no solo representan refugios de biodiversidad, sino también espacios vitales para las comunidades locales. En el marco del proyecto FIC ‘Transferencia Laboratorio Ecosistema de Humedales’ (código IDI 40048446-0), trabajamos para fortalecer el conocimiento sobre estos ecosistemas y promover herramientas sostenibles que apoyen su conservación y manejo,» comenta la académica del Instituto de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales (ICA3) de la Universidad de O’Higgins (UOH), Gemma Rojo.
La relevancia de los humedales es múltiple ya que estos son importantes en términos culturales, sociales y turísticos o de provisión de servicios ecosistémicos. En primer lugar, son fundamentales para el mantenimiento de la biodiversidad, ya que proporcionan el hábitat temporal o permanente para especies de flora y/o fauna que han sido clasificadas en categoría de amenaza, para el caso de especies endémicas o migratorias.
A su vez, alcanzan una importancia respecto al cambio climático, puesto que, en el suelo, sedimentos o en la vegetación que conforman estos ecosistemas, estos pueden almacenar carbono, que -de no ser así- podría ser emitido a la atmósfera como CO2. “Es decir, si los humedales son protegidos y manejados de forma sostenible, estos pueden servir como sumideros de carbono, mitigando así en parte los efectos del cambio climático”, comenta la académica ICA3-UOH, Claudia Rojas.
Además, los humedales juegan un papel crucial en la regulación del ciclo del agua. Absorben y almacenan agua durante las lluvias, y la liberan lentamente durante los períodos de sequía. Esto ayuda a mantener la calidad del agua y a prevenir las inundaciones.
Los humedales también son importantes para la sociedad. Proporcionan una variedad de beneficios, como la generación de ingresos para las comunidades locales a través del turismo y la pesca, y la protección de la costa y la prevención de la erosión, siendo estos últimos puntos, de total relevancia en el mundo actual.
Sin embargo, los humedales están enfrentando una variedad de desafíos y amenazas. La destrucción y degradación de hábitats, la contaminación del agua, la sobreexplotación de los recursos naturales y el cambio climático están poniendo en peligro la supervivencia de estos ecosistemas vitales.
Las académicas UOH explican que es fundamental que la sociedad comprenda y avance en el desarrollo de medidas para proteger y conservar nuestros humedales. Esto incluye el robustecimiento de un marco legal a nivel país que procure un ordenamiento territorial y gobernanza y que permita apoyar la conservación y restauración de estos ecosistemas. “Por lo tanto, es tremendamente importante contribuir no solo desde la academia, sino que también desde las políticas públicas a reducir la contaminación del agua y la sobreexplotación de los recursos naturales, promover la educación y la conciencia sobre la importancia de estos, y apoyar el monitoreo de los humedales para entender mejor su importancia y cómo protegerlos”, agregan.