“En Chile, la venta de licencias médicas fraudulentas se ha vuelto un problema serio y relativamente accesible, con algunos médicos involucrados en la comercialización de estos documentos»
A fines de agosto el Servicio de Salud Metropolitano (SSMN) presentó una denuncia ante el Ministerio Púbico, tras descubrir que 14 médicos, condenados, 3 de ellos expulsados de Chile, estaban comercializando licencias médicas falsas a 31 funcionarios de distintos hospitales del sector público.
Dicha situación ha traído una serie de coletazos que se han ido conociendo a lo largo de los días, como, por ejemplo, que los funcionarios públicos que compraron estas licencias médicas falsas acumularon 2 mil 669 días de ausentismo, lo que sumados se traduce en siete años y cuatro meses sin trabajar.
Por otro lado, mientras se hacía pública la investigación de estas licencias fraudulentas enviadas a la Compin, 210 funcionarios volvieron a trabajar inmediatamente.
“En Chile, la venta de licencias médicas fraudulentas se ha vuelto un problema serio y relativamente accesible, con algunos médicos involucrados en la comercialización de estos documentos. Las licencias falsas suelen ser vendidas en redes sociales y otros canales no formales, como cafés o a través de intermediarios, lo que ha llevado a un impacto negativo significativo en el sistema de salud, tanto público como privado. Se estima que alrededor de 1.500 médicos están involucrados en la emisión fraudulenta de licencias, causando pérdidas millonarias para el sistema de subsidios de incapacidad laboral”, explica Rodrigo Varela, Gerente Legal de ALTO Inmune.
Según enfatiza el profesional, “la venta de licencias médicas por parte de profesionales de la salud, es un delito que trae consigo innumerables y graves implicancias al sistema de salud en su totalidad, afectando tanto a la eficiencia y los costos del sistema como a la moral del personal, y puede generar desconfianza en las instituciones y en el sistema de salud. Y, en este caso en particular, la compra de licencias médicas debemos verla como un problema multifacético que involucra aspectos éticos, culturales y, en algunos casos, de desconocimiento”.
Por otro lado está el abuso de los recursos. “Este tipo de fraude desvía fondos públicos que podrían ser destinados a mejorar la infraestructura de salud, adquirir medicamentos, contratar personal adicional, o mejorar los servicios de salud”, agrega.
Además, este tipo de delitos también impactan a los pacientes. “La ausencia prolongada y no justificada de personal en áreas clave del sector público, como hospitales, clínicas y centros de salud, puede reducir la capacidad de atención, provocando demoras en los servicios y sobrecarga de trabajo para los empleados que no están de licencia. Además, en los casos donde es difícil reemplazar rápidamente a un empleado con licencia, los proyectos o procesos pueden verse interrumpidos, afectando la calidad y el tiempo de entrega de servicios públicos”, explica Varela.
Impacto en el mundo privado y cómo prevenir
El uso fraudulento de licencias médicas en el sector privado también tiene consecuencias significativas, afectando tanto a las empresas como a los empleados y al sistema en general.
“Este fraude no sólo afecta económicamente al Estado, sino también la confianza en el sistema de salud. Recientes estudios de Inmune han identificado médicos, tanto nacionales como extranjeros, que se dedican a esta actividad ilegal. En algunos casos, médicos extranjeros han sido condenados y expulsados del país por emitir miles de licencias sin justificación médica. Esto refleja lo fácil que puede ser encontrar a médicos dispuestos a participar en estos esquemas ilegales”, enfatiza Rodrigo Varela.
“El uso fraudulento de licencias médicas en el sector privado genera pérdidas económicas, afecta la productividad, deteriora el clima laboral y puede dañar la reputación de la empresa. Además, contribuye a la saturación del sistema de salud y puede llevar a consecuencias legales tanto para el empleado como para la empresa”, agrega.
Para prevenir el fraude con licencias médicas, las empresas pueden implementar una serie de medidas preventivas que abarcan desde controles internos hasta políticas de sensibilización y colaboración con las autoridades de salud.
De acuerdo a su expertise en esta materia, Rodrigo Varela indica que algunas acciones recomendadas son: verificación estricta de las licencias médicas, uso de sistemas digitales y análisis de datos, colaboración con Isapres y Fonasa a través de auditorías cruzadas, generación de protocolos de denuncia, políticas internas de control y revisión, auditorías internas, programas de concienciación y capacitación al personal entre otras”.
“Estas medidas no sólo ayudan a prevenir el fraude, sino que también refuerzan la confianza en el sistema de salud, promueven la ética en el lugar de trabajo y ayudan a las empresas a mantener la productividad y reducir costos innecesarios”, finaliza.
Sobre ALTO
Inmune es una solución de ALTO que busca aumentar la productividad de las compañías, a través de la disminución de ausentismo generando espacios de trabajo más sanos y seguros. ALTO es una multinacional presente en Chile, México, Colombia, España y Estados Unidos.