Es la peor presentación de O’Higgins en el año, de eso no hay ninguna duda, incluso más allá de la goleada inicial contra Universidad Católica y muy por sobre los problemas que tenía el equipo, en tiempos del ex técnico Azconzábal
Ante las dudas de atacar, sostener o contener al rival, los «Celestes» se transformaron en un híbrido sin sabor, con gusto a pocas ganas y nulas ideas, que lleva el rendimiento hasta lo más bajo del torneo.
Hay un enredo en la toma de decisiones y en la estrategia sólida a aplicar, porque tu modificar puedes lo propio según la calidad del oponente, pero jamás abandonar la convicción suprema que te instaló con herramientas para dirigir el primer equipo.
Lamentablemente y lo digo desde lo personal, se acaba la pacienca en medio de las ilusiones que nacieron en el torrente rancagúino. La oncena no responde y parece que el trabajo semanal, se queda en la hierva suave y cómoda de El Monasterio y no se traslada a las canchas domingo tras domingo.
¿Hay olor a cama?, no lo creo pero por instantes me rodean la cabeza unos impulsos eléctricos incontrolables, que me hacen viajar al pasado corrupto que nadie expresa, no obstante, todos saben. Está bien difícil la cosa y no veo un cambio que modifique las conductas, principalmente por la ausencia de un liderazgo que absorba el pésimo momento e indique el camino hacia la luz.
Se inyectaron recursos, qué duda cabe; se armó un plantel de mitad de tabla para arriba; llegaron refuerzos para el segundo semestre; el agua caliente y el hotel siguen intactos en la comuna de Requínoa; los sueldos atrasados nunca han sido denunciados en la Dirección del Trabajo.
¿Entonces qué pasa?. La interrogante se las dejo a ustedes queridos y queridas lectoras. Discutámoslo en nuestros comentarios.