Se estima que sólo el 17% de la población utiliza hoy la píldora. La amplia variedad de mecanismos permite elegir el más apto, lo que se definirá en torno a factores como edad, estado de salud y frecuencia en la actividad sexual
En los últimos diez años no sólo se ha ampliado la oferta de métodos anticonceptivos, sino también la preferencia en su elección. Karin Stegmann, matrona y académica de Obstetricia de la Universidad Andrés Bello, explica que, esta amplia oferta, el respeto a la libertad de elección y el deseo de métodos anticonceptivos modernos, seguros y confiables y de larga duración han ocasionado que, por ejemplo, disminuyan las personas que usan la píldora anticonceptiva y aumenten las usuarias de aquellos de larga duración como el implante subdérmico y los dispositivos intrauterinos liberadores de hormonas.
“Controlar la fertilidad a través del uso de métodos anticonceptivos modernos entrega beneficios como aportar a planificar un proyecto de vida, decidir sobre tu cuerpo, cuidar su salud sexual y reproductiva, evitar embarazos no deseados, planificar embarazos, proteger la vida de las personas con útero, evitar abortos practicados en condiciones de riesgo y acceder a protección de infección por virus VIH, Hepatitis B, VPH y otras infecciones de transmisión sexual”, enumera la especialista.
Múltiples formatos
Los métodos anticonceptivos modernos son variados, incluyen los quirúrgicos: esterilización femenina y vasectomía y también aquellos naturales basados en el conocimiento del ciclo ovárico femenino y amenorrea de lactancia. Las tradicionales píldoras anticonceptivas, de distintos valores, dosis, presentaciones, combinaciones hormonales y laboratorios fabricantes, adecuados para distintos tipos de personas, incluyen la píldora de emergencia. Existen además los parches dérmicos, cuya acción anticonceptiva es mensual, los anillos vaginales de acción hormonal y protección mensual. También preservativos masculinos y femeninos, que protegen además de las infecciones de transmisión sexual.
Entre los de duración más prolongada están las inyecciones anticonceptivas que duran 1 a 3 meses, con distinta combinación hormonal y elevada protección. Los métodos anticonceptivos reversibles de larga duración, que son colocados por matronas en los CESFAM, como: los implantes dérmicos, que protegen de un embarazo durante 3 a 5 años y los dispositivos intrauterinos, con una duración de 5 a 10 años y que entregan una alta eficacia anticonceptiva, con variedad de tamaños, cubiertos con cobre y también con hormonas de liberación diaria y acción local.
¿Hay uno mejor que otro?
Esta variada oferta de métodos anticonceptivos permite encontrar el más adecuado para cada persona, ya que no todos son adecuados para todas ellas. Para Stegmann, el método más seguro y apropiado depende de variados factores que son evaluados en un control de salud, entre ellos, el estado general de salud de la persona, la edad, el deseo de tener hijos en el futuro, los antecedentes familiares sobre determinadas enfermedades, sus conductas sexuales y su preferencia. La elección depende de cada persona, la que es asesorada por la matrona, en cuanto a la evidencia científica reflejada en los criterios de elegibilidad de la OMS y el índice de Pearl, sobre eficacia del método anticonceptivo.
“No existe un método que sea considerado el mejor anticonceptivo, cada persona es distinta en todo sentido, como en su voluntad y deseo, es por ello que debemos seguir investigando, informando y educando a las personas, empoderándolas para que decidan sobre su cuerpo, su proyecto de vida y ejerzan sus derechos. En particular sobre sus derechos sexuales y reproductivos”, destacó.