Tras un proceso de reflexión y trabajo, que incluyó analizar referencias y experiencias ya existentes, Integra definió su Modelo de Educación Emocional, que desde el año 2021 se implementa en salas cuna, jardines infantiles y modalidades no convencionales, con este personaje como protagonista
Está presente en todos los jardines infantiles y modalidades no convencionales de Fundación Integra del país. A través de experiencias educativas, la “oveja Nanai” acompaña a niños, niñas y equipos pedagógicos en el proceso de descubrir y comprender de forma lúdica qué son y cómo expresar las distintas emociones que experimentamos día a día; por ejemplo, el miedo, alegría o tristeza.
Así, se busca el desarrollo de competencias socioafectivas, las que nos permiten estar bien con nosotros mismos y relacionarnos e interactuar con otros de una forma saludable.
El Modelo de Educación Emocional de Fundación Integra se basa principalmente en el modelo de Competencias Emocionales del español y doctor en Ciencias de la Educación, Rafael Bisquerra, al cual se realizaron ajustes y revisiones por expertos nacionales, para que cumpliera con los lineamientos estratégicos de la institución.
Este modelo plantea cinco competencias centrales –conciencia emocional, regulación emocional, autoestima y autonomía emocional, compromiso social/ético y vínculos bientratantes– y 23 micro competencias adicionales. Acá, las familias y equipos educativos tienen un rol clave, ya que ellos, a través de diversas prácticas pedagógicas, permiten que niños y niñas se acerquen a ellas, las identifiquen y desarrollen aptitudes para canalizarlas de buena forma.
Es aquí donde emerge la “oveja Nanai”, que día a día recibe a los niños y niñas en salas cuna y jardines infantiles de Integra, y los acompaña a vivir las emociones, a través de juegos sencillos, que tienen como objetivo, contener, consolar, ayudar a expresar y comprender sus propias emociones.
La directora regional de Fundación Integra, Ximena Ortega, indicó que “la implementación de este modelo es un paso clave de la fundación para responder a los retos que presenta la educación parvularia actualmente. Estamos en un contexto donde la pandemia aún nos presenta el desafío de reencontrarnos en el jardín infantil, reactivar los procesos de aprendizaje y potenciar las habilidades de niños y niñas”.
Y… ¿QUÉ SON LAS EMOCIONES?
Existen diversas definiciones para intentar explicar qué son las emociones, las que están marcadas por el contexto en que se consultan y aplican. En Fundación Integra, se determinó seguir lo señalado por el académico Rafael Bisquerra, quien las define como respuestas neurofisiológicas, que surgen a partir de la valoración que se hace de ciertos acontecimientos externos o internos, las cuales además forman parte indisoluble de la vida humana.
Si bien diversos investigadores e investigadoras coinciden en que las emociones pueden clasificarse como positivas o negativas, esto no implica necesariamente que alguna de ellas sea buena o mala. Entender este proceso, permite expandir nuestro lenguaje emocional, yendo así más allá de las emociones básicas y ampliando nuestro mundo de posibilidades afectivas.
“Aunque el Modelo de Educación Emocional describe diversas competencias a desarrollar en los párvulos, no debemos olvidar que los primeros destinatarios de la educación emocional deben ser los adultos. Este es un proceso que dura toda la vida, lo que compromete a los actores de las comunidades educativas, que deben trabajar en conjunto para alcanzar el desarrollo integral y aprendizajes significativos en las y los niños”, cerró la directora regional de Fundación Integra.
La primera infancia es un momento clave en el desarrollo de los niños y niñas, donde se despliegan competencias que les permitirán desenvolverse a lo largo de toda su vida, incluyendo la construcción de su “biografía emocional”, la que se transformará en la base de su aprendizaje socioemocional.