Esta edición destacó por su enfoque en películas creadas por niños y obras de profesionales, así como por su énfasis en la accesibilidad cinematográfica y la inclusión estudiantil
Rancagua se convirtió en el epicentro del cine inclusivo con la llegada del ciclo de cine inclusivo Minchekewün. El Teatro Regional de Rancagua, la Casa de la Cultura y los Centros Culturales de Baquedano y Oriente fueron testigos de un evento único que no solo celebró la diversidad cinematográfica, sino que también proporcionó una plataforma para la participación de estudiantes enriqueciendo la experiencia a través de actividades sensoriales.
El ciclo de cine Inclusivo Minchekewün, demostró ser mucho más que una simple muestra de películas. “Este ciclo que ha recorrido varias ciudades del país, llegó a Rancagua para ofrecer una selección diversas películas que abarcan géneros, culturas y perspectivas. Desde cortometrajes emotivos hasta largometrajes provocadores, se ofreció una visión panorámica de la riqueza del cine global”, indicó Pamela Barrios, fundadora del proyecto Minchekewün de la ONG Brotar.
Uno de los aspectos más notables de esta muestra de cine fue la participación activa de estudiantes de Rancagua, ya que la actividad no solo se centró en la proyección de películas, sino que también diseñaron actividades sensoriales que permitieron a los jóvenes experimentar las películas de una manera única. A través de enfoques táctiles, auditivos y visuales, los estudiantes se sumergieron en las narrativas de las películas de una manera completamente nueva.
“La interacción directa con las películas no solo enriqueció la comprensión de los estudiantes, sino que también fomentó un diálogo abierto sobre la importancia de la inclusión en la industria cinematográfica. Muchos de los jóvenes participantes expresaron su gratitud por la oportunidad de ser parte de un evento que les brindó una nueva perspectiva sobre el cine y el arte en general”, puntualizó Fabiola Oyarzún, fundadora y realizadora audiovisual de la ONG Brotar.
Al respecto, Ana María, integrante de la comunidad ciega en Rancagua sostuvo que estas instancias “son importantes y muy inspiradoras. Agradezco que se den este tipo de actividades culturales, sociales que nos permiten disfrutar de este tipo de películas de alta sensibilidad y siento que deberían continuar, que estén permanentemente abiertas a la comunidad”.
La inclusión de estudiantes en las actividades sensoriales destaca la importancia de crear espacios culturales accesibles para todos, independientemente de sus capacidades. Además, las muestras de cine sirvieron como plataforma para discutir cuestiones de diversidad, igualdad y representación en el cine y más allá.
“A mi me gustó mucho esta experiencia porque todo era muy creativo”, manifestó Antonella, estudiante de cuarto básico del colegio Marcela Paz, quien agregó que “fue muy bonito ponerse en el lugar del otro, de las personas que no ven o escuchan”
El ciclo de cine también tuvo el honor de contar con la participación de Almada Media, una reconocida organización dedicada a promover la accesibilidad en el cine y el arte. A través de dos enriquecedores conversatorios, se abordó el papel crucial de la accesibilidad en la industria cinematográfica y la importancia de garantizar que el arte sea accesible para todos, independientemente de sus capacidades.
A medida que las luces se apagaron en el Teatro Regional de Rancagua, la Casa de la Cultura y en los Centros Culturales de Baquedano y Oriente, quedó claro que Minchekewün no sólo iluminó la pantalla, sino también los corazones y las mentes de todos los asistentes, inspirando un cambio positivo en la forma en que la sociedad percibe el cine y la inclusión.
“Ma parece maravilloso las oportunidades de inclusión que se estén dando en Rancagua. Que se abra la cultura para todas y todos desde esta manera es novedoso, la organización y las muestras han estado a un nivel y acorde a todas las edades, abriendo el espectro de edades para la empatía logrando hacer una gran conexión entre las películas y el público”, sostuvo Camila Carter, gestora cultural del Centro Cultural Baquedano.