Catalina Valdivia es una educadora que se fue a Melinka motivada por un desafío laboral
Su vivencia demuestra la importancia de las oportunidades que entrega Fundación Integra y del enriquecimiento de experiencias entre regiones tan distantes y diferentes, que se traducen en entregar una educación parvularia de calidad en cada lugar de Chile.
Cuando se le presentó la oportunidad, gracias a un concurso de Fundación Integra, la educadora de párvulos Catalina Valdivia Maldonado no lo pensó dos veces y postuló para trasladarse hasta Melinka (región de Aysén), como directora del jardín infantil “Lobito Marino”. Y es que la experiencia, los aprendizajes, sumado al crecimiento, tanto personal como profesional, que obtendría, convirtieron a este viaje en todo un desafío.
Así fue como en mayo de 2019, Catalina comienza a trabajar en el establecimiento, lugar donde estuvo a cargo de un equipo de 19 personas y de alrededor de 60 niños y niñas. Allí adquirió nuevos conocimientos asociados al ejercicio del liderazgo y relaciones interpersonales.
“Hacer un trabajo desde cero con el equipo, fue crucial al inicio. Volver a conectarlas y a que se relacionaran bien entre ellas. Habían tenido un liderazgo muy diferente al mío, entonces se fueron dando muchas cosas y cambios que contribuyeron a que hiciéramos una muy buena labor”, recuerda Catalina.
El cambio cultural, la cercanía con las personas y autoridades, la solidaridad, la distancia (debía trasladarse en barcaza durante ocho horas y luego recorrer otras 16 en auto para llegar hasta Rancagua, su comuna de origen), pero también la independencia, marcaron su paso por el sur de Chile, donde las experiencias vividas y la forma de trabajo le han permitido contar con nuevas herramientas y habilidades para su desarrollo laboral.
“Es una oportunidad que todas aquellas personas, que puedan hacerlo, deben tomar. El compartir conocimientos, el llevar liderazgo, nuevas actividades, enriquece el trabajo, donde los únicos beneficiados son los niños y niñas. Ellos disfrutan de nuestros desafíos”, señala.
Ella es un ejemplo de que cuando se quiere, se puede. Después de cuatro años, y dado que la vida sigue presentando nuevos retos, esta educadora regresó a Rancagua como supervisora de la modalidad no convencional “Jardín Sobre Ruedas”, también postulando por Promoción y Traslado. En este cargo ha podido poner en práctica todo lo aprendido en Melinka, compartiendo experiencias entre regiones y aprovechando las oportunidades que entrega Integra.
“A diferencia de otras organizaciones, donde suelen abrir concursos internos o externos exclusivos, nosotros entregamos dos vías de postulación: interno (sólo para trabajadores (as) de Integra) y mixto, es decir, cuando nos abrimos al mercado nuevamente ellos (as) pueden postular. Esto demuestra que hay varias formas de crecer al interior de la institución, además de la existencia de un reconocimiento a las habilidades y conocimientos”, destacó Hernán Pradenas, jefe Departamento Desarrollo de Personas.
Hoy “Cata” está feliz junto a su familia, disfrutando el retorno, pero también el contar con nuevos aprendizajes que pone al servicio de su equipo y de los niños y niñas, pues su desafío principal es entregar educación de calidad en cada rincón del país.