Las ideas erróneas de esta enfermedad pueden causar contratiempos importantes en el control de la misma. Mantener a los pacientes informados y derribar estos mitos son clave para una mejor calidad de vida
En el mundo, el asma representa una de las principales enfermedades no transmisibles y un importante problema de salud pública. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que hay más de 300 millones de personas que la padecen y que en 2019 provocó la muerte de más de 450 mil. En Chile, el panorama no es mucho mejor ya que la última Encuesta Nacional de Salud la sitúa como la sexta enfermedad más frecuente, estimándose que entre un 7% a 10% de la población la padece, según la Sociedad Chilena de enfermedades respiratorias.
No obstante, los mismos especialistas señalan que podría existir un sub diagnóstico de la enfermedad loque influiría en el acceso a un tratamiento temprano y adecuado de la misma. Paula Molina, químico farmacéutico de una conocida cadena de farmacias avala esta aseveración; “hay muchas creencias en torno a esta patología que no sólo afectan los diagnósticos, sino también los tratamientos farmacológicos y la adherencia que se requiere para mantenerla controlada, influyendo directamente en la calidad de vida de quienes la padecen”.
En este sentido, es importante aclarar que el asma es una enfermedad crónica que afecta a personas de todas las edades y que se produce cuando las vías que conducen el aire a los pulmones se estrechan e inflaman, generando dificultad de la respiración, tos, un silbido al exhalar, la sensación de tener el pecho apretado y falta de aire. Conozcamos algunos de los mitos que pueden atentar contra sus tratamientos:
– El asma es una condición molesta, pero no una enfermedad. FALSO. El asma puede ser de difícil manejo en ciertos casos y pueden poner en riesgo la vida de quienes lo padecen si no se controla y no se detienen los ataques severos o exacerbaciones. De acuerdo con Molina, “aquí es clave que las personas estén diagnosticadas y utilicen los medicamentos correspondientes para controlar los síntomas y evitar que estos se agraven. De esta forma, evitaríamos hospitalizaciones y muertes”.
– El asma es una enfermedad infantil. FALSO. Esta enfermedad se puede desencadenar a cualquier edad. La mayoría de los pacientes que la sufren poseen factores de riesgo como tener un pariente consanguíneo que la padece (padres, hermanos), tienen otra afección alérgica, sobrepeso o sufren de exposición a contaminantes como el humo del tabaco. Independiente de las causas y los factores de riesgo, esta enfermedad se puede mantener controlada, pero al ser crónica, no tiene cura.
– El tratamiento del asma no es sólo para las crisis. VERDADERO. Esta es una enfermedad crónica que requiere tratamiento. El uso de los medicamentos con regularidad es la única manera de mantener controlada la inflamación asociada y prevenir que las crisis o exacerbaciones. “La adherencia al tratamiento es fundamental para controlar la enfermedad y evitar la ocurrencia de las crisis. Hay que derribar el mito que los medicamentos diarios indicados pierden su efecto con el tiempo o causan efectos adversos, como muchos piensan”, comenta la farmacéutica.
– El asma y el deporte son una buena combinación. VERDADERO. Generalmente, uno de los mitos más frecuentes es que la práctica deportiva se asocia con factores que pueden empeorar la enfermedad. Sin embargo, especialistas señalan que, junto con la terapia farmacológica, la deportiva ayudaría a mejorar la resistencia respiratoria y la salud en general. “Si el ejercicio se realiza de acuerdo con las indicaciones médicas, puede reducir la sensación de disnea por el fortalecimiento de la musculatura torácica. En todo caso, es fundamental que el paciente mantenga siempre un control adecuado con el especialista y siga las indicaciones de su tratamiento”, indica Molina.
Por último, hay factores medioambientales que también afectan a estos pacientes; por ejemplo, se dice que el asma podría curarse en climas secos y cálidos. “Si se toman medidas ambientales correctas y hay adherencia al tratamiento de fármacos, estos pacientes pueden vivir cómodamente en el clima que prefieran”, enfatiza.
A pesar de que cada año existe más información respecto a esta enfermedad, hay personas que siguen aferrándose a estas creencias. Para evitar contratiempos y crisis, la farmacéutica hace hincapié en que mantener esta enfermedad controlada dependerá -en gran medida- de cómo el paciente siga el tratamiento indicado por su médico”, finaliza la profesional.