Tras 45 años de trabajo desarrollado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), del Ministerio de Agricultura, se obtuvo el biotipo ‘Hidango’, superior a los otros cuatro existentes en Chile, por su gran capacidad reproductiva, adaptación a los efectos del cambio climática y buena calidad de su carne
Tuvieron que transcurrir más de cuatro décadas de trabajo científico para que los investigadores del programa de Mejoramiento Genético del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), lograran concretar un proyecto que impactaría de manera positiva a los productores de cordero del secano costero de la región de O’Higgins: crear un nuevo biotipo ovino de calidad superior a los existentes.
Para conseguir este propósito se realizaron cruzamientos secuenciales, a través de inseminación artificial, entre cuatro razas puras durante 30 años, se seleccionaron crías y se ejecutaron mediciones genéticas anuales. De esta manera, se obtuvo la raza ovina ‘Hidango’, considerada hoy como la más prolífica del país, debido a su alta capacidad de reproducción.
Los investigadores a cargo del programa explican que de un universo de 100 ovejas, se logran obtener 170 corderos, puesto que una hembra Hidango puede tener tres partos en dos años, más que el promedio. Esto permite que la producción sea más rentable y con menor impacto ambiental, ya que al necesitar menos ovejas para procrear se reduce el consumo de pasto y agua, un beneficio si se considera la problemática de escasez hídrica actual, a causa del cambio climático.
El lanzamiento de esta nueva raza se realizó en el Campo Experimental de INIA Hidango, ubicado en la comuna de Litueche, lugar al que llegó el subsecretario de Agricultura, José Guajardo Reyes, junto a la directora nacional de INIA, Iris Lobos, el alcalde de Litueche, René Acuña, el Seremi de Agricultura, Cristian Silva y la directora regional de INIA Rayentué, Claudia Bartel, además de diversas autoridades y más de 100 pequeños agricultores y agricultoras de la provincia de Cardenal Caro y alrededores.
Tras recorrer los campos donde habitan los ejemplares de esta raza, el subsecretario de Agricultura, valoró el trabajo involucrado en el proyecto y su impacto en el rubro ganadero. “Como ministerio creemos que invertir en innovación, es invertir en el futuro agroalimentario de Chile y el mundo. Nos llena de orgullo ser los precursores de esta nueva raza, creada por investigadores pertenecientes al Minagri, que permitirá sustentar la producción intensiva de carne ovina en nuestro país. Esta iniciativa, además, es un aporte en materia de seguridad alimentaria, ya que promueve el acceso de la población a alimentos de calidad ”, enfatizó.
La directora nacional de INIA, Iris Lobos, en tanto, señaló que “este anunció representa un hito para nuestra institución, ya que rescata 45 años de investigación científica y ganadera en el país. Hoy somos testigos de las ventajas de contar con instituciones como la nuestra, capaces de desarrollar este tipo de innovaciones y entregar un producto ovino de calidad, apto para la geografía del secano que sea verdaderamente un sinónimo de calidad para las y las y los productores”.
Raza con potencial de exportación
Este trabajo inició en 1977–bajo el liderazgo del investigador Christian Crempien Laborie– con la cruza secuencial de cuatro razas puras (25% de cada una). De esta esta forma se rescató la alta prolificidad de la ‘Finnish Landrace’, la precocidad, desarrollo muscular y morfoestructura alargada de la ‘Dorset’, la habilidad maternal, alta producción de leche y rusticidad de la ‘Border Leicester’, cuya pezuña negra permite que no se desarrollen enfermedades podales; y la finura de la lana y adaptabilidad al secano costero de la raza ‘Merino Precoz’.
El médico veterinario e investigador de INIA Rayentué, Marcelo Quezada, fue el encargado de explicar en el acto de lanzamiento de la raza Hidango las características del trabajo que logró esta creación. En su presentación, además, destacó las ventajas comparativas que posee, como su alta calidad nutricional. “Este cordero gana peso más rápido, por lo que se puede terminar en 85 días e ir al mercado para su venta, por lo tanto, su carne es mucho más magra. También tiene mayor valor, porque su cuero es blanco, apto para curtiembres, y si bien, su lana no es tan fina como la de la Merino, de igual forma se pueden crear piezas de calidad”, detalló Quezada.
La oveja Hidango logrará sustentar un sistema de alta productividad a nivel nacional, ya que permitirá que nazcan más cantidad de crías en un menor espacio. Su genética, además, se trasladará desde la región de O’Higgins hasta la región de Los Lagos, y a otros países sudamericanos, como Uruguay y Argentina, que ya han manifestado su interés por recibirla.
Proyecto de adaptación al cambio climático
La creación de la raza ovina Hidango se vinculó con el proyecto de “Mejoramiento de la Resiliencia al Cambio Climático de la Pequeña Agricultura”, ejecutado durante cinco años por el Ministerio de Agricultura con recursos del Fondo de Adaptación al Cambio Climático, para ayudar a más de dos mil familias agricultoras, de ocho comunas del secano costero e interior, a enfrentar los efectos del cambio climático.
En ese contexto el INIA constituyó una unidad operativa en el campo de un productor de la comuna de Lolol, donde se realizaron las pruebas de mejoras genéticas de la masa ganadera ovina, obteniendo resultados exitosos.
Hoy la Raza Hidango es sinónimo de respaldo y prestigio para INIA, tanto en la esfera nacional como internacional, al permitir alcanzar un mayor precio en reproductores, una alta productividad de planteles ovinos y la posibilidad de gestionar la venta genética animal a futuro. Para los próximos años, su Programa de Mejoramiento Genético se propuso avanzar en la identificación de reproductores con marcadores de fertilidad y prolificidad, evaluar el cruzamiento terminal con razas carniceras en sistemas de alta producción, manejar tecnológicamente posibles debilidades como problemas podales y de parásitos, determinar el valor carnicero y diseñar una línea paterna complementaria.