La reciente suspensión del partido válido por la copa Chile entre U. Católica y U. de Chile abre preguntas sobre lo ocurrido a Martín Parra, arquero azul, y las repercusiones que puede tener el ruido sobre la salud auditiva
Es sabido que el oído puede ser dañado por distintas causas, una de las más comunes es la exposición a sonidos intensos, condición conocida como pérdida auditiva inducida por ruido. Quienes más sufren este problema son aquellos trabajadores que en su ambiente laboral están expuestos a sonidos de alta intensidad por largos períodos. Por esta razón, las personas que en su quehacer se exponen a sonidos por sobre estas cifras deben utilizar protección auditiva.
Pero no solo los ruidos continuos pueden generar daño. Un solo impacto puede provocar un deterioro permanente de la audición, conocido como trauma acústico. La severidad de este trauma dependerá de la intensidad del ruido, pudiéndose provocar una pérdida auditiva temporal o permanente, especialmente para la audición de frecuencias agudas.
Lamentablemente no hay precisión sobre la intensidad a la que se vio expuesto el guardameta de U. de Chile, sin embargo, estimaciones colocan al ruido generado por petardos cerca de los 140 -150 dB, intensidad indiscutiblemente dañina para el oído. Una audiometría permitirá conocer finalmente si Martín Parra sufrió daños permanentes en su audición.
Queda en evidencia la necesidad de crear conciencia sobre el peligro que conlleva la manipulación de elementos generadores de ruido, que se ven tan comúnmente en los partidos de fútbol, ya que evidentemente son peligrosos si son lanzados al campo de juego cerca de los jugadores, y también para los barristas, quienes al detonarlos están exponiendo de forma consistente su salud auditiva.