Esta conmemoración busca concientizar el autocuidado y controlar los factores de riesgo en la población
Cada año, durante el mes de agosto, se conmemora a nivel mundial el mes del corazón, instancia que tiene como propósito informar y concientizar a la población sobre la relevancia de prevenir enfermedades cardiovasculares que representan un alto porcentaje de mortalidad de millones de personas.
En ese sentido, la enfermera y asesora de salud cardiovascular de la Dirección de Atención Primaria (DAP) del Servicio de Salud O’Higgins, Dayana Valdivia, explicó que “las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en Chile y en todo el mundo”. Los orígenes de estas patologías se deben a la combinación de diferentes factores de riesgo como hipertensión arterial, diabetes mellitus, tabaquismo, sobrepeso, consumo excesivo de alcohol y sedentarismo, entre otras.
Respecto a los factores de riesgo, la profesional destacó que “las enfermedades cardiovasculares tienen diversos factores de riesgo, pero dentro de los que se pueden controlar tenemos: tabaquismo, sobrepeso, consumo excesivo de alcohol y sedentarismo, además de mantener la presión arterial controlada, con la compensación de patologías que pueden provocar otras enfermedades cardiovasculares más graves como el infarto agudo al miocardio o el ataque cerebrovascular”.
La importancia de la prevención
El Examen de Medicina Preventiva (EMP) permite el monitoreo y evaluación de la salud, identificando los principales factores de riesgo de enfermedades de alta prevalencia, está disponible en todos los establecimientos que conforman la red asistencial y primaria, se debe realizar cada 3 años, pero en caso de que la persona presente algún factor de riesgo se realiza un seguimiento anual o controles más frecuentes con exámenes, según sea el caso, junto a ello consultar con médico ante signos o síntomas inusuales.
El llamado es a tomar conciencia acerca de la salud cardiovascular y adoptar medidas que brinden y aporten cambios en nuestra calidad de vida, como llevar una alimentación sana y equilibrada, consumo de al menos dos litros de agua diaria, disminuir el consumo de sal en las comidas, mantener presión arterial controlada, realizar ejercicio físico de manera periódica, asistir a los controles de salud, realizar una ingesta adecuada de los medicamentos, disfrutar sanamente de la vida, entre otros.