300 millones de toneladas de comida termina en los botes de basura
El Objetivo de Desarrollo Sostenible -ODS- número 12, sobre consumo y producción sostenible, busca generar compromisos en las naciones y en la población mundial acerca de importancia de cuidar los recursos naturales e invita a hacer más con menos y desvincular el crecimiento económico de la degradación medioambiental.
Pero ¿qué tiene que ver esto con los alimentos que utilizamos en nuestra nutrición y con la forma en que los consumimos? En el marco de la conferencia «La producción y el consumo desde el punto de vista de la nutrición», organizada por la Universitat Carlemany, la dietista, nutricionista e investigadora española Xènia Sinfreu explica que tiene todo que ver, pues de la forma en que consumimos los alimentos depende la manera en que estos se producen.
Un ejemplo de lo anterior es que, según datos de la FAO y de la Agencia Mundial del Hambre, se estima que en Chile se desperdician 63,3 kg de pan al año por familia, lo que corresponde al 16,7% del consumo promedio en la población nacional. Asimismo, las Naciones Unidas confirmó que en la actualidad un tercio de toda la comida producida, que se estima es el equivalente a 1.300 millones de toneladas con un valor cercano al billón de dólares, acaba pudriéndose en los cubos de basura de los consumidores y minoristas, o estropeándose debido a un transporte y unas prácticas de recolección deficientes.
En el evento de la Universitat Carlemany, la experta expresó “tenemos que ser conscientes de que el modelo actual es completamente insostenible”, no solo el consumo sino también la producción, porque estas prácticas están entrelazadas, ya que “un consumo excesivo conlleva una producción excesiva. La producción siempre responde a la demanda del consumidor”. Tenemos que ser conscientes de que además del producto que consumimos, su producción está vinculada a la explotación de recursos naturales, energéticos y químicos. Por ejemplo, cuando tiras a la basura un huevo no solo estas tirando ese huevo sino hasta 200 litros de agua que se utilizaron para su producción.
Pero, ¿cómo podemos hacer un consumo de alimentos más sostenible y respetuoso con el medio ambiente?
De acuerdo con la experta, hay pequeñas acciones que podemos hacer en nuestro día a día, pequeños gestos que podemos ir incorporando en nuestra vida cotidiana, en nuestros hogares, para avanzar hacia la sostenibilidad. Algunos de los hábitos que explica Sinfreu son:
- Consumo de proximidad y de temporada. Si adquirimos productos de temporada y apoyamos al productor local evitamos una inversión energética y en transporte, de esta manera cuidamos el medio ambiente y la salud, pues los productos frescos, tienen la mayor cantidad de nutrientes.
- Planificar las comidas y organizar la despensa y la nevera. Con el desarrollo de un menú y una lista de compras nos aseguramos de adquirir solo lo que necesitamos y evitamos comprar en exceso. En nuestra despensa podemos organizar los alimentos colocando más visibles los alimentos con fechas de caducidad más próximas para evitar el desperdicio. Igualmente, organizando nuestra nevera podemos darle una vida más larga a los alimentos que necesitan, por ejemplo, una mayor refrigeración si lo ponemos en la parte más fría.
- Comprar a granel y aprovechar las sobras. Cuando compramos a granel ahorramos empaques, así también podemos comprar exactamente lo que vamos a consumir. Esta es una tendencia que va en auge y que viene acompañada de usar menos plásticos y más bolsas reutilizables. En el caso de los sobrantes, podemos reutilizarlos en otras recetas en lugar de tirarlo.
De esta manera, minimizamos las perdidas en todos los ámbitos. Tanto en la compra y en la producción como en el consumo. Podemos aportar desde la nutrición al cuidado del medio ambiente, explica la docente de la Universitat Carlemany.
Accede a la conferencia completa en el siguiente enlace.